El acto fue presidido por la directora de la galería Éboli, Amalia Fernández de Córdoba, ella también pintora del mismo género, y los premios fueron entregados respectivamente por Antonio Bonet Correa, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La fiesta estuvo muy concurrida y en ella participaron entre otros Tomás Paredes, presidente de la Asociación de Críticos de Arte, que escribió el texto del catálogo; el escultor Juan Moral, hijo del artista naif Manuel Moral, fundador del Museo Internacional de Arte Naïf en el palacio de Villardompardo en Jaén; el escritor Rafael Ceballos, que acaba de publicar un espléndido libro titulado "Vegetación,. Elemento mágico en la pintura europea"; los críticos Antonio Granados y Amparo Martí; los pintores Yiyo, Tito Lucaveche, Juan Borrás, Gabriele Nuzzarello y otros.
En la IX Muestra de Arte Naif, que permanecerá abierta hasta el 18 de mayo, participan diecisiete países y 72 artistas. España, Francia e Italia son los países con más número de participantes.
Recordemos que el arte naíf fue sancionado de modo canónico en el París de las vanguardias de primeros del XX, con la figura del Aduanero Rousseau en cabeza. Después países de la antigua Yugoslavia y Polonia han conformado sus propios estilos, así como Haití y la República Dominicana, el suyo, en Hispanoamérica.
La pintura naïf tiene un gran poder evocador y narrativo. Su imaginación no tiene cortapisas y goza con frecuencia de gran sentido del humor, Sus historias son coloristas y crean ucronías de leyendas, fiestas, bosques, bailes, estancias palaciegas, etc.
Con frecuencia, el arte naïf es un arte de la miniatura y la gracia; un arte que entronca con lo festivo y popular, Un arte que produce optimismo, como señalaron los que entregaron los premios.