La aeronave llevaba equipos destinados a un curso de entrenamiento de policías argentinos. Tras un control aduanero, las autoridades argentinas retuvieron parte la carga, principalmente armas, medicamentos y equipos de comunicaciones.
El operativo derivó en la apertura de un proceso judicial que finalmente fue archivado en marzo.
En su día, el gobierno argentino defendió el decomiso al afirmar que parte de la carga "no estaba declarada".
Washington reiteró en varias ocasiones que cumplió todas las normas argentinas aplicables, defendió la legalidad del material y exigió su devolución inmediata.
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