Se llama también el “Arenal de l’Almorxó”. La conocí en 1997 durante una excursión familiar y quedamos todos maravillados. Por entonces aún podíamos tirarnos desde lo alto y rodar hasta la base de la loma, como si subiéramos a un tobogán pero blandito. Era una gozada y reconozco que también una barbaridad, pero entonces no teníamos conciencia de que así pudiéramos estropear esta joya de la Naturaleza.
Pensábamos inocentemente que estaba ahí para goce y disfrute de todos, y que comportándonos de una manera normal, es decir, con sólo no echar basura y no llevarnos tierra de allí, lo respetábamos. Recuerdo que oímos comentar cómo en los años 60 y principios de los 70, muchísimos camiones cargaban miles de toneladas de esta finísima arena y se los llevaban para la construcción. Es más, otra duna próxima, también en el valle del Vinalopó, la del “Arenal del Pruna”, había desaparecido por completo en esos años, a consecuencia de esta febril actividad.
Muchos edificios de esa época realizados en los pueblos que crecieron desaforadamente entonces a lo largo de toda la comarca (Elda, San Juan, Santa Pola, Torrevieja y otros muchos), están hechos con esta arena. Al escuchar que los primeros ayuntamientos democráticos habían prohibido esas extracciones, nos sentíamos tranquilos y felices pensando que el peligro de destrucción había pasado ya, y que nosotros no hacíamos ningún daño, disfrutando al tirarnos por la fascinante pendiente. Estábamos muy equivocados: allí viven, y de manera singular para estas latitudes alejadas de la costa, una gran cantidad de animalitos y plantas, que de no ser por las posteriores declaraciones de protección y conservación, no hubieran podido mantenerse. Especialmente son decisivas las calificaciones “Microreserva de flora”, “Paraje Natural” y “Paisaje protegido” en los años 2000, 2002 y 2007 respectivamente.
Ahora está prohibido tirarse por la ladera, pero podemos seguir deleitándonos con paseos en solitario o con las visitas guiadas y otras teatralizadas que organiza el Ayuntamiento desde la Concejalía de Turismo. Este sitio tan singular no deja indiferente a nadie y cualquiera que vaya hasta allí quiere saber más.
Es el arenal interior activo más grande de toda la península ibérica. Pero, ¿cómo se hizo posible este paisaje dunar tan lejos de los lugares de costa habituales, donde suelen formarse? Hasta muy recientemente se desconocía su origen. Las diversas investigaciones científicas llevadas a cabo por geólogos de la Universidad de Alicante, desde finales del sXX, y en especial la del 2006 con pruebas y mediciones muy exhaustivas, dieron por fin con explicaciones concluyentes (1).
Durante mucho tiempo se pensó que eran arenas de las playas del Mediterráneo transportadas por el viento hasta esta loma del Valle del Vinalopó. Incluso hubo quienes consideraron que esas arenas procedían del Sáhara, si bien esto parecía menos probable, ya que los vientos dominantes en la zona son de componente Norte Sur y no al revés. Los estudios referidos no dan lugar a dudas: son partículas procedentes de las rocas del propio valle donde el arenal se encuentra, que se depositaron aquí con las condiciones especiales y únicas ocurridas en la etapa fría más reciente del Cuaternario. Veamos. El Arenal de l’Almorxó se sitúa entre las montañas de la Sierra del Caballo y las terrazas aluviales del río Vinalopó. En concreto está en una loma de uno de los montes de la mencionada sierra, en la vertiente este del Monte Cotxinets, que descansa en la rambla de Caprala que a su vez forma parte del barranco de la Majada Honda, un afluente del río Vinalopó. La sedimentología y geomorfología realizadas en la duna, comparadas con las de otros puntos del Valle del Vinalopó, abarcando una amplia zona, demuestran que es un fenómeno que procede de la desintegración física de las rocas de este mismo Valle del Vinalopó, en fragmentos, por los cambios extremos de temperatura y humedad que se produjeron en la etapa árida de la “Pequeña Edad del Hielo” (siglos XV a XVIII). Después el viento, se encargó de transportar estos materiales de rocas rotas y depositarlos en la loma, dando lugar al arenal. Algo extraordinario donde más del 97% de sus granos tienen un tamaño inferior a 2 mm, la mayoría entre 0,5 y 0,25 mm, de los que un 90% son cuarciarenitas de la misma composición de cuarcita que tienen las rocas del entorno.
En la actualidad la duna sigue activa impidiendo que se fije la vegetación que, gracias a las normativas de protección, ha vuelto a recuperarse: a pesar del calor y la falta de agua la vida se abre camino con especies botánicas muy raras fuera del litoral. En las distintas franjas del Paraje Natural de 50 hectáreas que conforma la duna en su conjunto, encontramos diferentes plantas según las características físicas del terreno, es decir según la compactación de la arena, la permeabilidad, o la escasez de agua. Viven aquí : el pegamoscas con sus hojas pegajosas y sus flores amarillas, el cardo marítimo de tono azulado, el pino carrasco en una masa arbórea que rodea a los arenales, o el espino negro y el enebro , localizados bajo el pinar. También hay especies aromáticas (tomillo, romero, estepa, jara, jarillas…), y especies protegidas de la flora autóctona (la palomilla o la tamarilla de arenal) y otras típicas de arenales de costa que raramente se encuentran en sitios de interior.
Toda esta vegetación es importante preservarla en la duna para garantizar su propia existencia porque con las plantas se retiene la arena y evitan que ésta se desprenda hacia abajo. Al mismo tiempo, como antes señalaba, la duna está activa : lo que significa que los vientos siguen preservando con sus flujos ascendentes, el arenal. Pero debe haber un equilibrio que no podemos olvidar : los excesos en deslizamientos pusieron en peligro la duna.
Un exceso de vegetación podría poner en riesgo también su existencia pues si llegara a ser demasiado abundante, la arena quedaría apelmazada y quizás los vientos ascendentes no podrían con ella. Sin esa subida de los granos la maravillosa duna dejaría de existir. Lo de verdad dañino para ésta y otras extinguidas en el Valle del Vinalopó (2) fue la explotación de las mismas como áridos para la construcción, algo que por fortuna hoy es impensable que se vuelva a repetir-
Formando parte de esa duna activa y viva, habita aquí una fauna especial adaptada al lugar y única en estas latitudes. Escarabajos, arañas (como la viuda negra), reptiles (como la lagartija pelirroja o el lagarto ocelado, ambos en peligro de extinción), y aves (como el avión zapador o el abejarruco) tienen aquí su hogar, ya !por fin! paradisíaco para ellos, ajenos ahora a la incursión humana de antaño en sus dominios.
Una montaña de arena en el interior con su singular geomorfología. Plantas y animales imposibles de encontrar fuera del litoral costero. Belleza única en suma, eso es El Arenal de Petrer, todo un tesoro de la Naturaleza, aún poco conocido, que merece la pena descubrir.
——————————
(1) “Estudios sobre la sedimentología y geomorfología del Paraje Natural Municipal de L'Arenal de L'Almorxò (Petrer, Alicante)” por los geólogos José Enrique Tent-Mancklus y Jesús Soria, ambos del Departamento de Ciencias de la Tierra de la UNIVERSIDAD DE ALICANTE (UA), 2006 , que siguen la línea de investigación abierta en 1981 por el Dr. Carlos Auenheimer Arguiñano también de la mencionada Universidad.
(2) Se conocen las dunas de “El Arenal del Pruna” y “El Arenal Chico”, ambas también en el Valle del Vinalopó y hoy desaparecidas.
* Mercedes Sánchez Sánchez es miembro de FEPET (Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo)
Galería de imágenes. Haga CLIC en el extremo inferior derecho de una foto para abrir la galería y ver todas las imágenes