Dormir mal no es algo que debamos normalizar, ni mucho menos. Ya que puede ser una señal clara de que algo no va del todo bien en nuestro cuerpo. Necesitamos dormir bien porque nos permite regular nuestras emociones, pensar con claridad y tener energía durante el día. Cuando el sueño falla, es como si se desajustara todo nuestro sistema interno. ¡Y esto tiene consecuencias!
El vínculo entre el sueño y la salud mental
Dormir mal no solo significa estar cansado durante el día sino que tiene más repercusiones. Estas pueden afectar a la salud mental cuando los trastornos del sueño se vuelven crónicos. Ya que tanto el sueño como la mente están conectados, por eso, cuando una se ve alterada, la otra sufre y mucho.
Un círculo complicado de romper
Podemos decir que la relación entre el sueño y la salud mental va en dos direcciones. Por un lado, los problemas de tipo psicológico pueden afectar al sueño y por otro, la falta de sueño puede hacer que los trastornos mentales se desarrollen o empeoren. Por lo que la persona que sufre todo ello se siente atrapada entre el agotamiento físico y el malestar emocional.
¿Qué consecuencias puede tener dormir mal a nivel mental?
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Aumento de la irritabilidad y la inestabilidad emocional: al no descansar nos volvemos más sensibles y menos capaces de poder regular nuestras emociones.
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Mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales: los estudios son claros y es que, dormir mal de forma habitual aumenta el riesgo de desarrollar ansiedad, depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
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Dificultades cognitivas: el sueño y el descanso son fundamentales para que el cerebro procese la información, consolide la memoria y funcione de manera perfecta. De ahí que cuando no descansamos, la concentración, la memoria y la capacidad de tomar ciertas decisiones se ven afectadas.
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Disminución de la motivación: es frecuente perder el interés por actividades que antes nos gustaban, aparecen las desmotivaciones y las personas se vuelven más apáticas.
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Aumento del riesgo de pensamientos negativos: al dormir poco o mal, la mente pierde su capacidad para filtrar de manera adecuada los pensamientos. Esto puede llevar a un aumento de los pensamientos más negativos.
Los trastornos del sueño más comunes
No lo decimos nosotros sino que en el Instituto del Sueño (IIS), ven a diario cómo los problemas del sueño afectan la calidad de vida de las personas. Algunos de los trastornos más comunes que tratan son los siguientes.
Insomnio
Sin duda, es uno de los trastornos más comunes. Cuando hablamos del insomnio tenemos que hablar de lo difícil que es conciliar el sueño, de los despertares frecuentes durante la noche y hasta de despertarse muy temprano pero ya no poder volver a dormir, aunque se quiera. Puede estar relacionado con estrés, ansiedad, depresión o malos hábitos de sueño en general.
Apnea del sueño
Se trata de que hay ciertas interrupciones de la respiración durante el sueño, lo que provoca despertares constantes. Muchas veces la persona no es consciente de que le ocurre esto, pero durante el día tiene mucho sueño, está más cansado de lo habitual o sufre dolores de cabeza.
Síndrome de piernas inquietas
¿Tienes la necesidad incontrolable de mover las piernas? Entonces puede ser que sufras de este síndrome. Porque se complica cuando la persona está en reposo. De manera que puede dificultar el inicio del sueño y provocar un descanso poco reparador.
Narcolepsia
Es cierto que se trata de un trastorno neurológico menos común, pero también importante a tener en cuenta. Quienes lo padecen pueden experimentar somnolencia extrema durante el día y quedarse dormidos en momentos que no esperan.
Parasomnias
Se le denomina así a las conductas anormales que podemos sufrir durante el sueño. Algunas de las más frecuentes son el sonambulismo, los terrores nocturnos o el hablar dormido. Pueden surgir a raíz de un sueño poco profundo o con estrés acumulado.
Entender el origen del problema: la clave para el tratamiento
En el Instituto del Sueño (IIS) saben que cada persona es única, y por eso sus tratamientos parten de una visión multidisciplinaria. No basta con “dormir más” o tomar un medicamento para dormir: hay que buscar el origen del problema, y para eso trabajan con distintos profesionales de forma coordinada. Entre ellos están los neurólogos que se encargan de identificar trastornos, así como los psicólogos clínicos, que trabajan con técnicas como la terapia cognitivo-conductual, y psiquiatras, cuando el trastorno del sueño está relacionado con una condición mental. Pero es que además, también dentro del equipo hay que destacar el trabajo de los expertos que nos ayudan a establecer unas mejores rutinas y más saludables, al igual que los nutricionistas o los especialistas en neumología. Todos ellos se centran en una parte concreta para dar con el origen de nuestro problema y abordarlo de manera individual. De este modo, no solo van a tratar el síntoma sino que van a por la causa.
Aunque ahora mismo no veas la salida, contar con la ayuda profesional va a cambiar todo. La buena noticia es que los trastornos del sueño se pueden tratar. Con el enfoque adecuado, se consigue recuperar el descanso y, con ello, mejorar el estado de ánimo, la capacidad de concentración y el bienestar general.
¡Ponte en manos de los profesionales del Instituto del Sueño (IIS) porque saben bien que, detrás de cada trastorno del sueño hay una historia, y que escuchar, entender y tratar con cercanía es tan importante como cualquier tratamiento médico!
(CN-86)