14ENE25 – MADRID.- Hace cincuenta años iba todos los veranos a Londres y a Nueva York a ver los musicales, he sido un pionero en ver “Jesucristo Superstar”, “Hair”, “El rey y yo” “Cats”, “Company” “The Sound of Music”, y todas las superproducciones en Londres y en París. Me acompañaban mi querida hermana o mis padres. O sea cuando muchas décadas más tarde llegaron a España yo ya las había visto todas. Pues bien, jamás he visto una Superproducción tan emocionante, majestuosa y genial como “Malinche”, que la otra tarde pude contemplar en IFEMA invitado por mi hija.
He necesitado sobrepasar los ochenta años para contemplar algo semejante. Un “Premio Nacional de Teatro” como yo, me he emocionado, he reído y llorado ante esta obra titánica y genial de Nacho Cano. No he visto un musical con tan buenos bailarines, más de 60 artistas en el equipo en su historia central, con una escenografía única, con movimientos escénicos constantes contados con una banda sonora excepcional.
“Malinche , el musical”, es el exitazo de Nacho Cano, que inmerso en su tercera temporada de aplausos ha sido disfrutado por más de medio millón de espectadores. Juro que jamás he visto nada semejante: un esfuerzo titánico de un músico, un genio y un hombre de empresa al servicio de la grandeza de este país tan denostado y de la aclaración de la verdad de la colonización y conquista del nuevo mundo a manos de Hernán Cortés y al servicio de los Reyes Católicos cristianos.
El mestizaje de dos pueblos bendecido por la cruz y el amor de Jesús de Nazaret, cuando las tribus aztecas y mayas arrancaban el corazón palpitante de sus víctimas al servicio y sacrificio de un supuesto ser divino, un dios sanguinario y cruel, llamado el dios sol.
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