Gabriel Téllez, conocido como “Tirso de Molina”, seudónimo del fraile mercedario, fue un teólogo profundo, predicador elocuente, sensato y prudente con virtudes admirables. Fue un genial dramaturgo que bastaría una sola obra para inmortalizar su nombre. El condenado por desconfiado, es una obra que le coloca entre los más insignes autores dramáticos por su profundidad argumental, sólo un teólogo admirable como Tirso de Molina, es capaz de resolver el tremendo conflicto entre la predestinación y el libre albedrío. Su merecida fama saltó las fronteras, aún incluso estando en vida, llegando a Londres aureolando el nombre del autor mercedario.
Reconocido unánimemente como una de las más grandes figuras de la literatura española, Tirso de Molina comparte en esta novela con Lope de Vega y Calderón de la Barca la primacía del teatro español de la época áurea.
Su amplia y múltiple dimensión, como fraile, poeta, dramaturgo y novelista, bien merece una novela histórica como esta que ha presentado José Antonio Ramos en Trujillo, porque los valores intelectuales y espirituales, como las virtudes son inmortales y eternas.