En los últimos 20 años muchos vecinos de las cercanas ciudades del interior decidieron arreglar sus cabañas de verano y dotarlas de agua caliente, electricidad y calefacción para convertirlas en viviendas permanentes en las bahías de los alrededores en las que disfrutar de su retiro. Así lo hicieron mis suegros que vivieron en ese lugar hasta su fallecimiento. Allí pasé muchas semanas de vacaciones con mi familia hispano-sueca y allí regresamos de vez en cuando.
Como es lógico la media de edad es elevada. Lo que prefieren es la tranquilidad, miran con sospecha todo lo que no es sueco y evitan las fricciones políticas ya que los principales partidos y sus seguidores se ponen de acuerdo para todo.
Bueno, no todos ni para todo. Un nativo: Lasse Diding, unos 70 años. Delgado, chaqueta de pana sobre llamativas camisetas, gafas de montura ligera, es el personaje más famoso de la ciudad y también multimillonario y comunista .
En los años 80 abandonó su carrera de profesor de historia para dirigir el hotel Gästis al que ha convertido tras 30 años de renovaciones y ampliaciones, no solo en uno de los mejores de la ciudad sino también en un centro de propaganda de su ideología con su conocido spa Lenin, menús “rojos“ en el restaurante y mojitos en el bar. Los domingos a la hora del café con pastas -todo sueco sigue esa tradición llamada fika- Lasse da charlas sobre el hotel y sobre el mismo como emprendedor, coleccionista, lector empedernido y comunista. Además de los locales vienen a escucharle vecinos de otros lugares.
En el año 2013 amplió sus negocios con la apertura del Havanna Hotel hoy día el hotel balneario más conocido de Varberg, con sus jornadas dedicadas al ron: Havanna Rum y retratos de los lideres de la revolución. También patrocina el premio Lenin. Por todo ello la Cámara de Comercio local le ha concedido el premio de empresario del año.
Ahora ha dado un paso más al mandar construir una estatua del mismo Lenin, de 8 metros de altura en su propio jardín en el que ya hay terracotas de Marx y del Che Guevara.
La población local se lo toma con tranquilidad, excepto los grupitos de extrema derecha que han intentado impedir el acceso de los visitantes al jardín de la casa de Lasse. Lo cierto es que en general ven lo positivo que tiene su fama para el turismo. Los burgueses suecos son gente pragmática.
Algunos le acusan de mitómano: ha publicado un libro con sus posts en Facebook y ha colocado un podcast de nueve capítulos sobre su propia vida, pero el asegura que provocar no tiene sentido.
Mientras en El diario conservador Geteborgs Posten explica que Lasse es un resultado de la historia de Suecia, que en los años 80 era el país mas comunista del mundo por la amenaza de Unión Soviética, pero cundo esta desapareció el comunismo dejo de ser una amenaza.
Ahora la amenaza es Putin. Suecia ha vuelto a implantar el servicio militar en una versión light y sobre todo, ha ingresado en la OTAN después de 200 años de neutralidad por el temor al oso ruso.
Es bien conocida la declaración de Putin de que la desaparición de la Unión Soviética fue la mayor desgracia del siglo XX. Parece que lo mismo piensan en Suecia por distintas razones. Efectivamente el comunismo dejo de ser una amenaza como señala el Götebosrgs Posten por eso los burgueses vecinos de Varberg pueden gritar Viva Lenin mientras miran de reojo al este.