12MAY24 – SANTIAGO DE CHILE.- Muchas veces he compartido mis vivencias médicas, y la verdad es que ellas no paran. Si bien es cierto voy a cumplir 45 años de profesión, cada vez vibro más con hechos que acontecen con mis pacientes. Algunas podrían tal vez parecer triviales, pero desde mi perspectiva, varias son dignas de compartir. Incluso, son tantas, que en ocasiones encuentro que hasta sería bueno 2 por envío.
“100 años mayor”
Hace unos días me correspondió atender a una pacientita de algo más de 4 años, que había nacido el mismo día que mi padre… pero exactamente 100 años después.
Una linda coincidencia y se estableció una especial comunicación con ella y su madre. Fue una de las atenciones más agradables de los últimos tiempos. Algo tuvo de mágico. Algo ocurrió. r supuesto que al despedirnos les regalé el libro que escribí recientemente y que en la portada -como homenaje a él- aparece mi padre con su noble Ford -A- 1930. Cosas que pasan…
“Voy y vuelvo”
No recuerdo cuántos, pero sí sé que fue muchos años atrás. Atendía a un pacientito, quien al final de la consulta, no se quería ir, y se quedó varios minutos jugando con el fonendoscopio, la linterna, la balanza. Al no ver reacción alguna de su madre, le dije con sutileza… ¡Ya! Tengo que seguir atendiendo niños. Por mientras anda a estudiar medicina y cuando estés listo vuelves a ayudarme aquí. Ayer vino… con su título de médico…
Benditas vivencias.
Si (
No(
