Futuro
Desperté en un tiempo
polvoriento de luchas,
injusticias, alaridos, gritos
y muertes sin resurrección.
Conocí
- reconocí -
cuerpos sangrantes,
ojos mojados,
- rojos y morados -
pariendo dolor,
pintados de madres fuertes
llevando de escudo
un cordón umbilical
en perfecto estado,
a m o r .
Consolé memorias hermanas,
tragué suspiros ajenos
necesitados de volar.
Arrullé rostros marcados
de furias y tristezas,
convalecientes,
escondidos,
temerosos,
hermosos,
crujientes,
desesperados,
valientes
valientes
valientes
cada
vez
más.
Mi alma baila etérea,
brilla contenta
por algún mes del año
dos mil noventa y dos.
Mi cuerpo de materia inexistente
aún tiene rastros de labios que permiten reír,
aplaudir con sonrisas
la completa ausencia
de denuncias,
llantos enjaulados,
apelmazados
con sangre desilusionada
en un impecable paisaje de putrefacción.
Los corazones hoy palpitan alegres,
limpios,
sanos,
libres,
admiran batallas
de musas transparentes
que despertaron tiempo atrás.
¡Valió la lucha,
señoras,
señores!
A las mujeres,
ya no nos
hace falta
g r i t a r .