El entretenimiento sano de ver rodar un balón a los pies de unos hombres que corren tras de él sobre el césped verde, símbolo de la esperanza, puede contaminarse y ensuciarse, si los responsables y los medios políticos no toman cartas en el asunto, ya que los medios informativos en sus deseo de vender, no dudarán en sacar a relucir toda la mierda (perdóneseme el término) que acabaría ensuciándonos a todos. Pues se trata del llamado “deporte rey”, de un alto contenido no solo deportivo sino también emocional.
Es de esperar, y así lo deseo, que con la mayor premura se ataje y se controle este nuevo mal, este cáncer, antes de que haga metástasis, y salpique al único – como digo - punto de fuga y desahogo de las masas, ¡qué pueden llegar a ser terribles!; las cuales ya están bastante vapuleadas por la llamada “clase política”, a la que muchos tienen muy olvidada refugiándose precisamente en el fútbol.