Un buen ejemplo de esto que mencionamos aparece al repasar el estado actual del aceite de oliva, tanto en cuanto a producción como a distribución, siendo que apenas unas pocas grandes empresas controlan buena parte del mercado, vendiéndose la mayor parte de lo generado a granel como bajo marcas blancas, dificultando más aún la vida de quienes desean hacer las cosas de otro modo.
Aceite de oliva, en el mundo y en España
Las últimas estadísticas en este sentido indican que, en todo el planeta, ya se consumen más de tres millones de toneladas de aceite de oliva al año, siendo España productora de cerca del 50% de ellas. Es decir, podemos reconocernos como la primera potencia en lo que a aceite de oliva refiere
Si nos centramos específicamente en el sector nacional, queda aún más clara la fuerte adopción que tiene este aceite, que representa el 60% de las grasas vegetales que consumimos es aceite de oliva, prácticamente doblando al segundo de la lista, el de girasol, dejando apenas un 7% para otros.
El caso es que, si contemplamos lo que sucede en el resto de la Tierra, apenas un 3% del aceite total consumido pertenece al aceite de oliva, lo que es tanto una mala noticia, como una buena noticia. Mala, porque España depende de sus exportaciones. Buena, porque el potencial es gigantesco. Justamente, potencias como los Estados Unidos, China o Australia están aumentando de forma considerable sus pedidos de aceite de oliva, por la mayor demanda del propio público local.
La realidad de los productores de aceite de oliva en el país
La mayoría de las almazaras de aceite de oliva se reparten en unos 50 países, con preponderancia de España, Italia, Grecia, Túnez y Turquía que, en su conjunto, proveen más del 75% de la producción.
Sin ir más lejos, solamente la provincia de Jaén posee más de 300 almazaras y genera unas 600.000 toneladas al año, casi la mitad de la producción de España, y un 20% de la producción mundial.
Ahí están ejemplos como la cooperativa de aceite de oliva San Isidro SCA de Valdepeñas de Jaén, cuyos integrantes constantemente se esfuerzan por vender sus productos envasados por ellos mismos, como un sello distintivo frente al granel, asegurando la máxima calidad final.
Precisamente, de esa calidad dan cuenta algunos de los numerosos premios obtenidos en el pasado, como el incremento del número de tiendas que se interesan por contar con estos artículos, ofreciendo al público este aceite offline y online, en España y el extranjero.
Un sacrificio encomiable, más aún considerando que el 90% de las explotaciones agrarias de Jaén tienen menos de una hectárea, y que esos 100 a 200 olivos que pertenecen a las familias no son suficientes para vivir de su renta, por lo que es imprescindible apoyarles de cualquier modo.
(CN-04)