En el mismo se atribuyen a Frontera presuntos delitos de coacciones, acoso, revelación de secretos, alteración del orden público, desobediencia a la autoridad y contra el medio ambiente.
Uno de los últimos episodios protagonizados por el querellado se produjo durante la pasada jornada electoral en Euskadi y Galicia del pasado 12 de julio cuando la familia y colaboradores del vicepresidente y la ministra de Igualdad, Irene Montero, descubrieron a Frontera encaramado a la tapia de su vivienda grabando el interior con un teléfono móvil. Como consecuencia de aquello, Frontera fue detenido horas más tarde.
Parte del relato de la querella procede de las propias redes sociales de Frontera, donde "se autoproclama instigador" de las protestas y publicita su actividad, habiendo puesto en marcha una campaña de recogida de fondos para financiarla. Así, Frontera desplaza un generador portátil y unos altavoces que coloca en lo alto de un cerro para hacer sonar el himno nacional mientras exhibe la bandera utilizada por los requetés que combatieron en el bando fascista en la Guerra Civil, con el consiguiente perjuicio para los vecinos y presunto atentado medioambiental, al tratarse de un parque natural. En otro vídeo aportado, Frontera se acompaña de una pancarta en la que se lee: "Irene Montero, ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas".
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