“La poesía de Borja acoge los grandes conceptos, esto es, responde a la llamada de la gran Poesía. En ella están la Bondad, la Bellea, Dios, el alma y el espíritu”, dice el prologuista. “Dios en los pies y lenguaje en la cabeza. El resto literatura”, afirma remedando a Valery.
“Era bajo la piel de las sofías y los turas,/ en el ángulo enterrado de las logias/ que hallé, tan dentro de mí, tan dentro,/ la dimensión recóndita en la que cupo/ el origen del universo y halló Dios su madriguera”, dicen algunos de sus versos.
Francisco de Borja Castellano y Salamanca, conde de Campo Alange (Madrid, 1979) es licenciado en Administración y Dirección de Emperesas y MBA por e IESE. Miembro de la junta directiva de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, AEAE, ha sido jurado de diversos premios de narrativa.
“Cantas, oh cronista, que Dios, instalado en lo inmutable, se sirvió de la evolución para regalarnos la complejidad de la conciencia, que tras dotarnos de la materia nos expulsó al proceso productivo de la vida. Que desde ese momento formamos parte de su eternidad en transformación”, se dice en el poemario.
El libro concluye: Cantas, oh cronista, el origen y el final. Y cabalga en la grupa de los tiempos, como la esperanza al viento, tu melodía. y yo, poeta, propagaré tu melodía de constelación en constelación –pautas negras de constelaciones de los hombres-, y en ella, a respuesta cuya intuición nos alienta. (…)