Este martes, tras haberse producido la entrega del menor, la familia preadoptiva mostró su malestar por no haber tenido noticias de Juan Francisco, que así se llama el pequeño, durante 24 horas y lamentaron que se le tratase "como a un yoyó".
Como consecuencia, la abogada de la madre biológica, Nieves Ibáñez, les ha ofrecido este miércoles la posibilidad de mantener contacto con el niño. Los padres preadoptivos han respondido a la oferta de la abogada diciendo que llamarán. La letrada ha contado además que el menor está bien, aunque recluido en casa de la madre para apartarle del foco mediático.
Proceso de adopción
El niño nació cuando su madre, María José Abeng, tenía 14 años y vivía en un centro de menores asturiano. La mujer, ovetense de madre guineana y padre alemán residente en Suiza, llegó allí después de denunciar a su madre, quien según explicó la abogada "no admitía que su hija viviera como una europea".
Tras nacer Juan Francisco, la consejería de Asuntos Sociales del Principado de Asturias llevó al niño a otro centro de tutela, según recoge el periódico, por lo que la madre no pudo ver al niño. Por ello, una semana después María José Abeng, entonces menor de edad, acudió a los tribunales para recuperar a su hijo.
Por otro lado, dicha consejería comenzó a tramitar la preadopción del menor con la familia de sueca. Con un año y medio, el niño comenzó la acogida en la localidad valenciana, como recoge el diario, mientras estaba pendiente la ratificación judicial del proceso de adopción ya iniciado.
Pero la Audiencia Provincial de Oviedo dio la razón este 2016 a la madre biológica con una sentencia firme. En ella se afirma que María José "no solo está capacitada ahora para ser madre, sino que siempre lo estuvo". "Evidentemente era una niña cuando se quedó embarazada, pero deberían haberle enseñado a ser una buena madre en lugar de quitarle el hijo", añade el fallo.
El mismo tribunal decidió el pasado mes de mayo que la entrega del menor por parte de la pareja preadoptiva a su madre biológica debía hacerse de forma inmediata, al no haberlo hecho de manera voluntaria anteriormente. En concreto la Audiencia ordenó que la entrega debía hacerse con un seguimiento y apoyo por parte de la entidad pública competente, bajo supervisión de un psicólogo, y que se debía informar mensualmente al Juzgado a fin de que pudiera adoptar las decisiones que correspondiesen en cada momento en beneficio del menor.
Para la pareja valenciana "todo esto es una barbaridad en sí". "Se trata de un niño y lo están tratando como si fuese un paquete que va y viene de un lado a otro", se lamentó este martes Albert, el padre preadoptivo. Asimismo la pareja denunció que sobre María José constan "hasta nueve intervenciones por embriaguez" y por "llevar una vida no adecuada". Acusaciones a las que esta respondió asegurando que no es "alcohólica, ni drogadicta", ni fuma. "No soy yo quien les ha puesto en esta situación, solo soy una madre que ama por encima de todo a su hijo", aseguró.
De esta forma, lleguen a un acuerdo o no ambas partes la última palabra la tiene el Tribunal Supremo, ya que dicha sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo no es firme. Queda pendiente un recurso interpuesto por la pareja valenciana, la Fiscalía y la Consejería de Derechos y Servicios Sociales del Principado de Asturias. Tanto Albert Bordes y Noelia Estornell como María José Abeng se han mostrado dispuestos a luchar hasta el final por la patria potestad del menor.
"Soy española, aunque mi piel sea negra, y no soy ni drogadicta ni borracha"
La madre biológica del niño preadoptado que ha sido devuelto pide a los padres adoptivos no vuelquen en ella "su rabia"
María José Abeng, la madre biológica del niño de 4 años que el lunes le fue entregado por orden judicial por la familia valenciana que lo tenía acogido desde hace dos años y medio, afirma que el pequeño se encuentra "bien" y "tranquilo", pero pide "respeto" para ambos y que se les deje disfrutar de lo que hasta ahora se les ha negado.
"Soy española, aunque mi piel sea negra", afirma la mujer, nacida en Guinea y residente en España desde los 2 años, en una carta que ha publicado a través del perfil, en una red social, de la abogada que llevó su caso y consiguió una sentencia favorable de la Audiencia Provincial de Asturias, que ha sido recurrida ante el Supremo.
Abeng, de 19 años, relata en su misiva su historia desde que a los 11 años tuvo la "maravillosa" idea de acudir a la Guardia Civil creyéndose "europea" y "la reina del mundo" ante la negativa de su madre a que tuviera un comportamiento similar al de las niñas de su edad.
EMBARAZO EN UN CENTRO DE ACOGIDA
La intervención de los servicios sociales del Asturias determinó su ingreso en un centro de acogida al ser declarada en desamparo. Allí se quedó embarazada a los 14 años "de una persona que ni era príncipe, ni era azul, todo lo contrario", circunstancia que fue advertida por su madre durante una visita de fin de semana a los siete meses de gestación.
"Qué curioso que los servicios sociales que querían protegerme de mi propia madre no pudieran protegerme de un embarazo y ni siquiera se dieran cuenta de que una vida crecía dentro de mí", añade, a la vez que relata que en aquel momento se le notificó "muy cordialmente" que el niño iba a ser dado en adopción.
La joven decidió entonces huir de España ayudada por un familiar y trasladarse a Guinea durante un mes y medio, aunque optó por regresar -"ojalá nunca hubiera vuelto", lamenta- asesorada por un abogado ante el riesgo de que su madre tuviera problemas por su fuga.
Tras dar a luz sin que se le permitiera ver a su hijo, afirma, regresó al centro de acogida mientras el bebé fue trasladado a otro donde pudo verlo inicialmente una vez a la semana y luego una hora al mes hasta que a los nueve meses se suspendieron las visitas.
"LE DARÁN TODO LO QUE TÚ QUERRÍAS"
Abeng alude, además, a una notificación de la jefa de sección de Centros de Menores del Principado en la que ésta admite que hay un conflicto de intereses entre el derecho del niño a tener unos padres y a no crecer en un centro y el suyo como madre a tener relación con él, aunque le recomendó no recurrir el acogimiento preadoptivo del menor, dado que consideraba que lo mejor era que cuente con unos progenitores. "Que le puedan dar todo lo que tú querrías, pero no estás en condiciones", insistió.
Después de que la Audiencia de Oviedo resolviese a su favor, la mujer señala que en agosto acudió a Sueca (Valencia) para recuperar a su hijo sin que los padres adoptivos se presentaran a realizar el proceso de adaptación y que la Guardia Civil tardó un mes en localizarlos para concertar otra cita a la que tampoco acudieron hasta el último día tras ser advertidos de que podían ser detenidos.
"¿Y ahora vienen ustedes a hacer todo este circo mediático en el cuartel de la Guardia Civil, con ambulancia, manifestación, mentiras, calumnias y difamaciones cuando yo podía haber instado su detención, negándome a ello por entender su propio dolor?", añade en la misiva.
UNA MADRE QUE AMA A SU HIJO
En contra de las afirmaciones realizadas este martes por el abogado de la familia adoptiva, Abeng asegura que ni es alcohólica ni drogadicta ni ha sido maltratada "jamás" por su pareja y lamenta haber sido seguida por la Policía hasta el centro donde estudia y que sus vecinos fueran interrogados sobre un posible maltrato.
La madre biológica emplaza a los padres adoptivos a no volcar en ella su "rabia, tristeza e impotencia", dado que no fue ella quien les dio el niño en acogida sino que se lo "arrebataron" y que sólo es "una madre que ama por encima de todo a su hijo" y que no ha dejado de luchar por él desde el mismo momento en que supo que se lo querían “arrebatar".
"Sólo soy una chica española de origen guineano que ya no quiere ser europea y que lo único que desea es estar feliz con su hijo. Hijo que tiene una familia, unos abuelos, unos tíos, unos primos y, ante todo, una madre. Y mi hijo no se llama Joan (en valenciano) ni Xuanín (en asturiano). Se llama Juan Francisco", concluye.