Tras el éxodo de votos en la primera vuelta electoral al inicio del mes, la estrategia oficialista de intensificar la campaña y captar el máximo de apoyos rindió resultados y Rousseff amplió su ventaja a 11 puntos, con 51 por ciento de la intención de voto contra 40 por ciento de Serra, según la encuesta del Instituto Ibope divulgada este jueves por el diario O Estado.
Hace una semana la candidata del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tenía 49 por ciento, contra 43 por ciento de Serra, quien entró en la segunda vuelta electoral con una clara tendencia de captación de votos.
Religión y corrupción volvieron al centro del debate de la agresiva y disputada campaña brasileña.
En el país con más católicos del mundo, muchos religiosos hicieron público su rechazo a Rousseff porque apoyó la despenalización del aborto en una entrevista en el 2007. La candidata mantiene el apoyo de más de la mitad del electorado católico, pero más preocupante para ella es la pérdida de electores entre los evangélicos, favorables a Serra, ya que varias de las iglesias pentecostales, que ganan cada vez más adeptos, proclamaron su veto a Rousseff.
Casi 136 millones de electores definirán el 31 de octubre al sucesor de Lula.