Los cuentos de Llamadas telefónicas, el libro al que dedicamos nuestra próxima sesión cumplen con tal premisa, pero también se sustentan en una afirmación que hace el autor en uno de ellos: la cultura es la realidad. Y así es, al menos en su territorio literario: relatos abiertos, nada previsibles, donde lo que está más allá de la historia que se cuenta –siempre apasionante–, el enigma que hay que desvelar, subyace a lo escrito; donde en cada uno de ellos hay una figura inscrita en la trama del tapiz que hay que descubrir, una figura en la que realidad y ficción se imitan la una a la otra.(+)