Fuimos llegando al Asador Frontón II, de Madrid, en Pedro Muguruza, nº 8, convocados por Florencio Sanchidrián, artista inimitable del ars cisoria del jamón ibérico, y Julián Carazo director de la revista digital Maridajes Gourmet.com.
Nos recibió el Consejero Delegado del Grupo Norteños Constantino González (“Tino” para el afecto de los amigos allí reunidos), que nos invitó a visitar la cocina del templo coquinario vasco-navarro, para que pudiéramos admirar las imponentes parrillas de carbón de encina, y mostrarnos la técnica de los maestros asadores. (Poco después oficiarían para nosotros con su pericia reconocida, unas carnes de Norteños de la mejor materia prima. ¡Y que excelencia de materia prima! )
Entre los comensales dos autoridades del periodismo gastronómico: Luis Cepeda y Carlos Maribona; los ya citados Sanchidrián y Carazo, el director de El Aula del Vino, Jesús Flores, y Quino Moreno, director de la sección gastronómico-turística del periódico digital Euro Mundo Global, quien realizó en directo su programa “La Hora Blanca del Turismo y la Gastronomía” para EsRadioMadrid2.
Presidía la mesa nuestra querida Concha Crespo, que con su profesionalidad contrastada – y la belleza in crescendo – grabó el evento para su sección gastronómica del programa de TVE, España Directo. Naturalmente concurría el CEO de Norteños. Y el que ésto escribe.
…Pero vayamos por partes, que diría un tal Jack (de apodo El Destripador).
Florencio Sanchidrián sabedor de la expectación que generan sus actuaciones, ejecutó con el mejor arte de Cúchares una faena inimitable a una pieza de ibérico -puro de bellota - de unos nueve kg (D.O. Valle de los Pedroches, que también distribuye la importante empresa cárnica). Y de los siete sabores - más uno -, que es capaz de obtener del jamón nuestro artista, catamos en esta ocasión cinco delicadísimos cortes; les acompañaron unas cervezas y algún fino, que sin duda fueron el pretexto para colocar entre pecho y espalda cuarto y pico del pernil. De la chacinería fina pasamos a la parte central del programa gastronómico. Dirigió magistralmente la cata-almuerzo el patrón de Norteños, Tino, nuestro anfitrión. Nos ofreció cuatro carnes distintas: la excelencia de cuatro cortes de carne roja, con maduración y procedencia diversa. Yo no recuerdo -y soy carnívoro reconocido-, probar en una sola tacada carnes de tanta calidad.
Comenzamos la prueba con la primera entrega, que puso el listón muy alto a las demás. Pieza de vaca grande ¿vieja? El magro con la grasa infiltrada ¡delicadísima terneza!
Del segundo corte de vacuno ¡que decir!. Nos preguntamos si siendo bien distinta -aunque igualmente tierna-, nos gustaba casi tanto como la primera. (Tino observando las reglas de una estricta cata ciega, ¿y vertical?, prefería observar nuestras reacciones y comentarios, antes de ilustrarnos sobre lo que nos llegaba a la mesa. De manera que no supimos a priori el origen de las distintas carnes…) Y así llegamos a la tercera estación. Se trató de una carne con algo más de sabor, y de textura mas potente, con un toque ligeramente ahumado y quizás algo exótico. Sin duda un buen producto y, desde luego, distinta de las dos anteriores. Dudamos. Es el problema de tener que elegir entre carnes que juegan la champion league de las carnes rojas. Pues bien. Desveladas las dudas Tino nos quiso ofrecer algo totalmente distinto: se trataba de una excelente carne de potro. (Diversidad de opiniones entre la concurrencia, habida cuenta del nivelazo de las dos primeras experiencias). Sin solución de continuidad se nos presentó una cuarta pieza que podría ser, a primera vista, una tira de asado totalmente magra, con hueso incorporado. ¡Que maravilla! ¡Nos sorprendió con un sabor tan intenso y delicado a la vez…! Carne roja en estado puro; carne para los que saben apreciarla. ¡Carne para carnívoros! Efectivamente, era una excelente tira de asado… ¡de buey! ¡Im-pre-sio-nan-te! Daba apuro proclamar un corte vencedor. Por las dudas, y fuera de programa, el que lo podía hacer, dio instrucciones para que trajeran otra pieza más, de la primera de las carnes que tanto éxito había tenido. Y la quinta (que en realidad era la primera), nos gustó tanto como al principio… La inusual experiencia estuvo muy bien acompañada de unos estupendos Figuero Vendimia Seleccionada. Tintazos de Ribera del Duero, bodega preferencia de Norteños para sus extraordinarias carnes.