Madrid

La Revoltosa” cede protagonismo a una poco conocida “El Bateo” en el Teatro de la Zarzuela

Las obras de Federico Chueca y Ruperto Chapí en un infrecuente programa doble a partir del 9 de abril Texto: Enrique Sancho - Fotos: Carmen Cespedosa, Javier del Real y Elena del Real

Lunes 14 de abril de 2025
14ABR25 – MADRID.- Un poco frecuente programa doble, que no se producía desde hace ocho años, aunque la idea se inició en el siglo XIX, se va a presenciar a partir del 9 de abril y hasta 27 del mismo mes, en 15 funciones en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Se trata de una nueva propuesta escénica que combina la breve y poco conocida ‘El Bateo’ de Federico Chueca, con libreto de Antonio Paso y Antonio Domínguez, y la muy popular ‘La Revoltosa’ de Ruperto Chapí, con textos de José López Silva y Carlos Fernández Shaw; un interesante contraste con el que los responsables de la producción, el director musical Óliver Díaz y el director de escena Juan Echanove, permiten reflexionar desde el siglo XXI sobre la percepción del género lírico breve.

Erróneamente se le ha llamado “opereta española” como si fuese el equivalente español de la opereta vienesa y francesa, género con el que no guarda parentesco directo, si bien algunas zarzuelas chicas sí que han sido influidas por el estilo de la opereta. La zarzuela chica difiere de la zarzuela grande y de casi todas las formas de ópera por producir obras de corta duración y por representar a menudo temas ligeros de corte popular.

Zarzuela por un “real”

Las difíciles circunstancias políticas de la segunda mitad del siglo XIX, con la caída de Isabel II y el asesinato de Prim, provocó también una seria crisis económica y se produjo una fuerte caída en las ventas de taquilla de los teatros, ya que la mayoría de la gente no podía permitirse los catorce reales de media de una entrada. Estos altos precios, sumados a la incertidumbre nacional, llevaron a muchos de los teatros madrileños a la crisis, y algunos, incluido el propio Teatro de la Zarzuela, estuvieron a punto de arruinarse. Sin embargo, unos jóvenes actores idearon dividir la tarde en el teatro en cuatro partes de una hora cada una, creando las llamadas sesiones por horas, que costaban apenas un real y se representaban en teatros de bajo presupuesto. Esto mantenía las butacas llenas, ya que la gente acudía con más frecuencia gracias a los bajos precios.

Así fueron naciendo obras cortas tipo opereta que pudieran caber en una hora, como El maestro de baile, de Luis Misón, Una vieja, de Joaquín Gaztambide o El grumete, de Emilio Arrieta. El objetivo del género chico era puramente entretener al público. A diferencia de los temas serios y dramáticos y las tramas complejas de la zarzuela mayor, este género presentaba farsas simplificadas sobre temas cotidianos como la vida cotidiana en Madrid. Por eso tuvo tanto éxito entre el público: además de su bajo precio, la gente podía seguir fácilmente la trama e identificarse con los personajes.

Federico Chueca fue uno de los compositores-libretistas de chico más prolíficos e importantes, tal vez su obra más popular fue Agua, azucarillos y aguardiente. Un autor muy importante también fue Ruperto Chapí, quien pasó su vida oscilando entre los intentos de crear una ópera española adecuada y sus modestas obras de género chico, entre ellas La Revoltosa, ¡Las doce y media y sereno! y El tambor de granaderos. Otro de los ejemplos más conocidos del género chico fue La verbena de la Paloma del compositor Tomás Bretón que se representó en mayo de 2024 en el Teatro de la Zarzuela con llenos todos los días.

El Bateo, un bautizo conflictivo

Precisamente de los dos autores antes citados son las obras que ahora se presentan en la Zarzuela. El contraste entre ambas obras es muy especial. Supone un viaje más que estimulante desde el gran dinamismo festivo repleto de vibrantes escenas corales de ‘El bateo’, al costumbrismo madrileño que se entrelaza con un retrato pasional lleno de tensiones y de escenas cómicas memorables de ‘La Revoltosa’. Se trata, como opina Óliver Díaz, que comparte el podio del foso con la directora Lara Diloy de “dos obras ya cerca del final del género chico, pero que tienen de todo, desde sus preludios, que son maravillosos, de un lirismo incontenible, números musicales absolutamente románticos y hasta un terceto cómico femenino que nunca antes se ha escuchado”.

Por su parte, Juan Echanove, conocido y reconocido actor y director teatral, responsable escénico de este programa doble, cree que son “dos títulos maravillosos del género chico. ‘El Bateo’ es la historia de un bautizo, de celos y pasiones, en la que se pone en duda la paternidad de un individuo. ‘La revoltosa’ es una historia de amor –entre los conocidos Felipe de mi alma y Mari Pepa de mi vida–, de seducción y de pasiones vecinales de verano entre un grupo de personas dentro de una misma comunidad. Pero todo acaba bien, con una gran celebración en la Pradera de San Isidro”.

La obra de Chueca se puede considerar un exponente de manual del sainete lírico, de corta duración, costumbristas, de enfoque cómico, y en la que el tipismo madrileño es una de sus señas de identidad, y puntal de la obra. El argumento, muy simpático, es sencillo. Nos cuenta el accidentado bateo (bautizo) de un niño, en el que un ataque de cuernos mal gestionado casi lleva al desastre la celebración, con amenaza de tiros y puñaladas, aunque todo acaba bien. "El bateo" es una más que digna muestra de género chico, realizada con eficacia teatral y musical, que sigue haciendo las delicias del aficionado por su chispeante partitura, más recordada que el libreto.

Final feliz para Felipe y Mari Pepa

La Revoltosa es un sainete lírico en un acto que cuenta la historia de amor entre Felipe y Mari Pepa, dos vecinos de una corrala madrileña de finales del siglo XIX que, a ojos de todo el mundo, parecen no soportarse. Pero la realidad es bien distinta. Detrás de sus riñas y sus disputas se oculta un amor mutuo que ninguno de los dos se atreve a reconocer. Mientras tanto, los tres pretendientes de Mari Pepa, Tiberio, Cándido y Atenedoro, harán todo lo posible para conseguir una cita con ella a escondidas de sus respectivas parejas, Soledad, Gorgonia y Encarna. Las tres mujeres urdirán un plan para escarmentar a los hombres que acabará desvelando los verdaderos sentimientos de la pareja protagonista. Por cierto que el bello terceto que forman estas tres mujeres es un estreno mundial en estas representaciones. Parece que formaba parte de la concepción primigenia del sainete y de hecho es lo primero que Chapí esbozó en sus cuadernos de apuntes a primeros de junio de 1897. Ese verano, desde su retiro vacacional fuera de Madrid, envió a la empresa del Apolo el terceto terminado que fue extraviado por el servicio de Correos. Chapí finalmente se guardó su borrador y no consta que fuese reutilizado en ninguna zarzuela posterior.

En las dos representaciones hay que destacar el magnífico reparto con los barítonos Gerardo Bullón y Javier Franco, el tenor José Manuel Zapata, la mezzosoprano María Rodríguez, la soprano Milagros Martín, el barítono José Julián Frontal, la actriz-cantante Lara Chávez, el tenor cómico y actor Alberto Frías, las sopranos Berna Perles y Sofía Esparza, la mezzosoprano Blanca Valido, el tenor Ricardo Muñiz, y los actores Julen Alba, Sergio Dorado y Ángel Burgos. Pero no menos destacable es la actuación de los doce estilizados y atractivos bailarines-figurantes que se mueven lentamente por la singular escenografía creada por Ana Garay, componiendo grupos casi escultóricos, entre contrastes de luz, con sus vestidos en blanco y negro. Vale la pena mencionarlos: Rocío Agost, Alberto Aymar, Julia Cano, Ada Continente, Pablo Gutiérrez, Raúl Melcón, Úrsula Mercado, Julia Nicolau, Esther Ruiz, Gonzalo Simón, Fernando Trujillo y David Villanueva.

Más información y venta de entradas:

https://teatrodelazarzuela.mcu.es/es/