Si unimos ambas ideas anteriores, la experiencia de Japón, la experiencia de esta exposición en Madrid. Podrían, digo yo, todas las entidades administrativas y locales, homenajear, algún día, algún día al año, a las personas de sus localidades, de sus provincias, de sus regiones que tengan más de noventa años. Por ejemplo. Los comités diversos estudien dicha realidad potencial, y, pongan una fecha…
Según Internet basándose en el INE, el 01 de enero del 2024 en España existían 16.902 personas con más de cien años –supongo que será una cifra real, porque personalmente no creía que existían tantas-. Pero si es real esta cifra, también uno se debe preguntar, porque parece que se oculta este dato, por qué parece que no se conoce lo suficiente esta información.
Y, según el mismo INE, indica que en España ya viven más de novecientas mil personas con más de noventa años… En otro lugar indica, cuatrocientas setenta mil personas…
Estoy todavía lejos de esa edad. Lo expreso por si alguien piensa mal de este escribiente y de este artículo. Pero si opino y pienso que son dos cifras a reflexionar y meditar y pensar y analizar y valorar. Pensar que esas personas nos podrían aportar mucho de su experiencia, de sus testimonios, de sus vivencias…
Considero que un pequeño homenaje a esas personas, en los distintos ámbitos territoriales, sería lo mínimo a todo lo que estas personas nos han donado a nosotros. Darles y otorgarles un diploma, y, una pequeña ceremonia, una pequeña conferencia, realizadas en su lugar de residencia o provincia o región… puede ser un elemento de humanidad, un elemento para darnos cuenta, que en esta sociedad conviven muchas personas de muchas situaciones vitales y personales… mucha memoria en definitiva. Una persona que tenga ahora mismo cien años, quiere decir que nació en 1925, una persona de noventa años que nació en 1935… ambas antes de la Incivil Guerra Civil, antes de la Segunda Guerra Mundial…
Recoger sus testimonios de estas personas, en la medida que se pueda, quizás documentación, quizás sus voces, quizás que nos cuenten algo de su parecer de la vida, si todavía pueden, algo de sus oficios y profesiones, algo de sus costumbres sociales cuando eran niños, algo de sus familias, algo de sus matrimonios, algo de sus enfermedades, algo de sus alegrías y algo de sus tristezas. Personas que habrán estado en una situación biográfica y esencial o en otra.
Quizás, siguiendo el adagio griego antiguo, no sirve ninguna filosofía, ningún texto escrito que no intente curar algún mal humano. Digo yo y pregunto yo, ahora que tanto se valora la etnología, la antropología cultural, la sociología y semejantes saberes, lanzo a las nubes del cielo, la posibilidad de que en algún lugar, de este ancho país y sociedad, un museo de la longevidad, dónde en él se vayan recogiendo testimonios, datos, recuerdos de personas que hayan vivido o vivan con más de ochenta años, con más de noventa años… Si no se puede ser material, si podría ser virtual… O, los museos de etnología, que casi no hay localidad que no tenga uno, que empiecen a recoger testimonios de esas personas, que estos se encarguen de dar homenaje a esas personas, y, vayan conservando de una generación y de otra… Que esos museos acepten y adopten esta nueva función y finalidad, y, de ese modo se hagan más vivos…
Existen multitud de entidades profesionales de todo tipo, éstas podrían homenajear a los que han ejercido sus oficios que tienen más de ochenta o noventa años… ingenieros con más de ochenta años, médicos con más de ochenta años, agricultores con más de ochenta años, escritores con más de ochenta años, amas de casa con más de ochenta años, empresarios con más de ochenta años…
Una de las razones de la insatisfacción actual, que personalmente encuentro al hablar en la calle con las personas, que muchos hablan de que el mundo no va bien, que las cosas no van bien… pero a veces, uno tiene que recordarles que ellos viven mucho mejor que sus bisabuelos, que la vida que llevaban sus bisabuelos y bisabuelas hace cien años… No digo con esto que no halla que mejorar todas las realidades humanas –al final, uno escribe artículos para intentar mejorar pequeñas cosas-, pero también hay que ser consciente, todo lo bueno que se ha avanzado en cincuenta años, en cien años. Hay que criticar lo criticable, pero criticar es analizar, y analizar es analizar lo bueno y lo menos bueno… no solo fijarse en las negruras y los grises, sino también en los azules y verdes y violetas y naranjas… también en los fulgores de los colores…
Si de verdad amamos la vida, frase que tanto se dice, pues recordemos a las personas de más de ochenta años, al menos, más de noventa años, y, de alguna manera, pensemos, piensen las administraciones públicas, la multitud de entidades sociales y filantrópicas que existen, qué se podría hacer en recuerdo y homenaje de ellas. Quizás, copiemos las ideas de Japón a este respecto, quizás copiemos en todos los lugares, la idea de esta Exposición que la Comunidad de Madrid dispone en estos momentos… Paz y bien.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (23-29 marzo 2025 cr).