31MARZO25 – MADRID.- A día de hoy prácticamente nadie, ignora la batalla contra el cambio climático emprendida por distintos gobiernos, iniciativa que tiene -como se sabe- fuertes detractores de muy diversa procedencia que niegan una evidencia que es visible a diario, por cualquier ciudadano en cualquier punto del planeta.
Diversos países y sus gobiernos han emprendido mejoras en sus procesos industriales con el objeto de disminuir tanto las emanaciones de gases contaminantes como de residuos que afectan directamente al medio ambiente y son causantes de los graves trastornos climáticos apreciables en extensas zonas del mundo.
Una de las actividades industriales que está introduciendo grandes mejoras en sus procedimientos es el sector de la construcción tanto de grandes complejos de edificios destinados al quehacer empresarial, al sector público, así como en complejos habitacionales y alcanzado también, a las viviendas familiares en condominios o urbanizaciones y estas empresa, conceden un valor fundamental, al aislamiento térmico de muros y otras áreas de los edificios en construcción.
La preocupación por el cambio climático ha llevado a que las nuevas construcciones de edificios y viviendas incorporen medidas de control térmico como parte de un diseño más sostenible y eficiente. Estas medidas no solo ayudan a reducir el impacto ambiental, sino que también generan beneficios económicos y de confort y por ello, los profesionales del control térmico recomiendan al sector de la vivienda familiar y de cualquier otro edificio, -y no solo al de nueva construcción- sino también al sector de inmuebles ya construidos, a incorporar procedimientos y técnicas de aislación térmica y lo hacen con una recomendación específica: Mantén tu espacio más fresco con aislante térmico
Los aislantes térmicos para muros tienen la función principal de reducir el paso de calor entre el interior y el exterior de un edificio. Esto ayuda a mantener una temperatura estable en los espacios interiores, mejorando la eficiencia energética y el confort térmico.
Reducir la pérdida o ganancia de calor: Disminuyen el paso del calor en invierno y evitan el sobrecalentamiento en verano.
Ahorrar energía: Al mejorar la eficiencia térmica del edificio, se reduce el consumo de calefacción y aire acondicionado.
Evitar condensaciones: Disminuyen la formación de humedad y moho en los muros.
Mejorar el confort térmico: Mantienen temperaturas más estables y agradables en el interior.
Contribuir a la sostenibilidad: Reducen la huella de carbono al disminuir el uso de sistemas de climatización.
Los materiales más comunes usados como aislantes térmicos en muros incluyen la lana de roca, poliestireno expandido (EPS), poliuretano, fibra de vidrio y paneles de celulosa.
La aislación térmica en un edificio (cualquiera que sea) es fundamental porque mejora la eficiencia energética, el confort y la sostenibilidad. Su importancia radica en los siguientes aspectos:
Disminuye el uso de calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.
Reduce el consumo de electricidad y gas, lo que se traduce en facturas más bajas.
Mantiene temperaturas más estables en el interior del edificio.
Evita cambios bruscos de temperatura, mejorando la habitabilidad.
Reduce la formación de moho y hongos, protegiendo la salud de los ocupantes.
Evita daños en la estructura del edificio causados por la humedad.
Disminuye la emisión de CO₂ al reducir el consumo de energía.
Contribuye a una construcción más ecológica y eficiente.
Los edificios con buena aislación térmica tienen mayor demanda y valor en el mercado inmobiliario.
Cumplen con normativas de eficiencia energética, lo que mejora su certificación y atractivo.
La aislación térmica no es exclusiva de los edificios; también es altamente recomendable para viviendas familiares. Tanto en casas como en departamentos, una buena aislación térmica ofrece múltiples beneficios, independientemente del tamaño o tipo de construcción.
Ahorro en calefacción y aire acondicionado → Reduce el consumo de energía, lo que se traduce en facturas más bajas.
Mayor confort térmico → Mantiene temperaturas agradables durante todo el año, evitando frío extremo en invierno y calor excesivo en verano.
Reducción de humedad y moho → Previene la condensación y protege la salud de los habitantes.
Menor impacto ambiental → Disminuye la emisión de gases contaminantes al reducir el uso de energía.
Mayor durabilidad de la construcción → Protege la estructura de la casa contra daños causados por la humedad y cambios bruscos de temperatura.
Aumento del valor de la propiedad → Una vivienda con buena aislación térmica es más atractiva en el mercado inmobiliario.
Muros exteriores → Para evitar pérdidas de calor o ingreso de calor exterior.
Techos y techumbres → Es el punto donde más calor se pierde en invierno.
Ventanas y puertas → Con doble vidrio o burletes para evitar filtraciones.
La aislación térmica no solo es recomendable, sino esencial para mejorar la eficiencia y comodidad de cualquier hogar.
Un adecuado control térmico en casas y edificios es muy beneficioso para la salud, ya que ayuda a prevenir enfermedades, mejorar el bienestar y crear un ambiente más seguro y confortable.
Prevención de enfermedades respiratorias
Evita el frío extremo en invierno, reduciendo el riesgo de resfriados, gripes y bronquitis.
Mantiene el aire interior más seco y cálido, protegiendo contra el asma y alergias.
Reducción de humedad y moho
Evita la formación de condensación en paredes y techos.
Previene la proliferación de moho y hongos, que pueden causar problemas respiratorios y alergias.
Menos estrés térmico
Mantiene una temperatura estable, evitando golpes de calor en verano o frío extremo en invierno.
Mejora la calidad del sueño al proporcionar una temperatura óptima para descansar.
Mayor confort y bienestar
Un ambiente térmicamente equilibrado ayuda a reducir el estrés y la fatiga.
Mejora la concentración y la productividad, especialmente en espacios de trabajo o estudio.
Menos circulación de polvo y ácaros
Un sistema de aislamiento eficiente evita corrientes de aire que transportan polvo y partículas alérgicas.
Mantiene una mejor calidad del aire interior.
El control térmico es clave en la lucha contra el cambio climático ya que supone:
Menor consumo de energía
Un buen aislamiento térmico reduce la necesidad de calefacción y aire acondicionado.
Se disminuye la demanda de energía proveniente de combustibles fósiles, reduciendo la emisión de CO₂.
Reducción de la huella de carbono
Menos consumo energético significa menor impacto ambiental.
Edificaciones más eficientes contribuyen a la descarbonización y al cumplimiento de normativas ecológicas.
Uso de materiales sostenibles
Se promueve el uso de aislantes ecológicos como lana de roca, fibra de celulosa o corcho.
Se buscan alternativas con baja huella de carbono en la producción y construcción.
Mejora del confort sin impacto ambiental
La eficiencia térmica permite mantener temperaturas agradables sin depender de sistemas de climatización contaminantes.
Se logra un equilibrio entre sostenibilidad y calidad de vida.
El control térmico en nuevas construcciones es una herramienta clave para combatir el cambio climático y avanzar hacia un futuro más sostenible.