14MAR25 – MADRID.- El tren de cremallera y la pista de esquí del campeonato del mundo más antiguos y largos del mundo, las montañas más altas de Suiza, la estación de tren más elevada de Europa y otros récords de Jungfrau.
Este pueblo alpino situado en la comarca de Jungfrau, en el cantón de Berna, fue durante largos años un destino turístico destacado. Ha pasado por épocas de esplendor y de declive. Actualmente busca revitalizarse con inversiones en infraestructuras turísticas, con nuevos y magníficos remontes y una oferta de actividades durante todo el año.
En 1892 se inauguró la línea de tren cremallera que recorre la zona. Con cerca de 20 kilómetros de longitud es la más larga del mundo de su tipo. Su apertura permitió a los esquiadores llegar a las zonas de esquí en vez de tener que subir a las pistas a pie.
A principios del siglo XX competía con St Moritz o Gstaad. Florecían los hoteles estilo Belle Epoque, pero con el paso del tiempo algunos cerraron y siguen cerrados, mientras que otros están siendo restaurados, en un intento de recuperar parte del viejo prestigio, al tiempo que se han hecho importantes inversiones en remontes y otras infraestructuras.
En 1925 se fundó el Downhill Only Club, el Club solo de Descenso, presuntuosamente llamado así para alardear de que allí no era necesario subir a la montaña a pie para bajar esquiando. Fue fundamental para la promoción del esquí en la región. Su centenario está siendo festejado con orgullo.
La zona tiene unos 200 kilómetros de pistas para todo tipo de esquiadores. Destaca la mítica Lauberhorn, la más antigua y larga del circuito dé la Copa del Mundo de Esquí Alpino. Son 4.5 kilómetros de descenso con 1.000 metros de desnivel y una pendiente máxima del 45 %. Festejé mi 80 cumpleaños bajándola en algo menos de 15 minutos, quizás lejos de los dos minutos y medio que necesitan los profesionales, pero bien para mi edad, pensé yo, pero resulta que en el Club hay socios de más de 90 años que esquían mejor y más rápido.
Wengen, situada a 1.300 metros de altura no permite el tráfico de automóviles privados que deben dejarse en Lauterbrunnen, desde donde se tarda menos de un cuarto de hora en el tren. Carece del lujo de sus más conocidas vecinas suizas. Aquí no se ven abrigos de visón ni restaurantes con estrellas Michelin. Aquí en invierno se viene a esquiar. Y esquiar se puede. En la semana del 17 al 23 de febrero, en plena temporada alta, en ningún momento me encontré con aglomeraciones. La espera en los remontes era mínima y las pistas no estaban saturadas. En la zona esquían los locales y algunos turistas venidos de Gran Bretaña o de Holanda, pero lejos de la saturación de otras estaciones suizas.
El forfait de la zona de esquí Jungfrau sirve también en otras estaciones cercanas y para el tren y el autobús con los que se accede a ellas. Mürren, otro pueblo libre de vehículos privados, situado en el mismo valle, también es accesible desde Lauterbrunnen. Sus vistas a las tres montañas: Jungfrau, Eiger y Mönch, con picos que rondan o superan los 4.000 metros, son espectaculares.
Aquí se puede esquiar en la pista Inferno en la que se celebra la carrera del mismo nombre, una de las competiciones más antiguas del mundo, desde1928. En la cumbre a 2.970 metros se encuentra el restaurante giratorio Piz Gloria famoso por haber aparecido en la película de James Bond Al Servicio de su majestad de1969.
En la vertiente opuesta de Wengen y Mürren está Grindelwald con la estación de esquí Grindelwald-First, orientada a todo tipo de deportes de aventura en la montaña, tanto en invierno como en verano, en la que se encuentra la pista de descenso de trineos más larga del mundo, unos 15 kilómetros. El punto de conexión de la región es Kleine Scheidegg, entre Wengen y Grindelwald, a unos 2.000 metros de altura. Desde allí se accede a varias estaciones o se toma el tren de cremallera Jungfraubahn, un ramal del original, hacia Jungfrauhoch, la estación de ferrocarril más alta de Europa a 3.463 metros de altura, llamada Top of Europe. Cientos de turistas, especialmente asiáticos, ascienden diariamente para hacerse selfis, sin realizar ningún consumo, ante la irritación de los vecinos que no ven ningún beneficio para los negocios locales.
Wengen está teniendo éxito en la extensión de la temporada, hasta el punto de que recibe más turistas en verano que en invierno, principalmente provenientes de Estados Unidos.
La comarca de Jungfrau es un área de gran valor natural. Sus montañas han inspirado a excursionistas artistas y alpinistas durante siglos. El Eiger es especialmente famoso por el enorme desafío de escalar su cara norte. En la comarca también se encuentra el mayor glaciar de los Alpes, el Aletsch.
La ciudad más importante es Interlaken, de unos 5.000 habitantes. Ha sido un destino turístico, aunque minoritario, desde el siglo XIX, cuando se convirtió en parada obligatoria para los privilegiados europeos, sobre todo ingleses, que empezaban a viajar a los Alpes.
Desde Madrid o Barcelona se vuela a Zúrich desde donde el traslado a Lauterbrunnen lleva un par de horas