¿Y, uno se pregunta, muchas cuestiones, le vienen a la cabeza, pero una, es bueno que estemos soportando tanta “crueldad informativa, que sea cierta y es cierta, y, cómo dicen, y eso que se tapan y esconden multitud de hechos y actos, veinte o treinta guerra existen en cada momento en el mundo, y, apenas se dice algo de dos o tres, de los demás, nada…?
¿Es que el ser humano está mal hecho, es que somos unos seres primitivos, es que tenemos más maldad que bondad, es que somos animales y somos animales que hemos evolucionado muy poco, e, incluso la racionalidad y la inteligencia como todo factor, se puede utilizar para el bien y para el mal, y, lo utilizamos muchas veces, para engañar, para mentir, para…?
Uno, se hace tantas preguntas, ¿qué podemos hacer, para curar tantas heridas que sufrimos, que nos hacemos unos a otros, bajo un fin o motivo o causa o finalidad o interés, y, éste mezclado con una bandera o una ideología…?, ¿en tantos ámbitos sociales y entidades diversas sociales, desde sociedades enteras, y, todas las realidades sociales que lo conforman…? (Cierto es que no se puede negar, que hay más realidades positivas que negativas, pero una mancha negra de diez centímetros cuadrados, en un cuadro de tres metros cuadrados, destaca suficiente que todo el resto que está lleno de colores…?
No sé, no sé si es bueno, que durante años y años, te estés informando de tantas crueldades y salvajadas que sufrimos y nos hacemos. No sé, no sé, si es bueno, si no te las dicen e indican y cuentan, al menos, una parte, porque entonces, no eres consciente, de lo bueno que tienes, y, de lo malo que podemos ser…
Se dice, que todas las filosofías, metafísicas, religiones, morales, incluso artes y saberes, uno de sus fines, es aumentar el bien en el ser humano, los bienes –instrumentales y eficientes, morales, bienes espirituales-. Y, por otro lado, alejarnos del mal y de la maldad. Porque el problema es que somos seres que nos podríamos definir, siguiendo al viejo maestro Aristóteles, como animales racionales, somos animales y tenemos animalidad, y, tenemos racionalidad-inteligencia. Y, tenemos que compenetrar ambos factores. Mezclarlos y combinarlos de forma correcta. No utilizar la razón y la libertad y la inteligencia y la memoria y la voluntad para aumentar las pasiones y deseos y pulsiones y hacerlos desordenados… sino para que las pasiones, instintos, emociones, pulsiones sean equilibradas por la razón y la inteligencia y la cultura, en definitiva, busquemos mayores grados de conocimiento de la realidad, de la verdad, del bien, de la bondad, de la belleza, de la racionalidad, de la prudencia, de la equidad, de la libertad…
Decía, un viejo maestro: imaginad que hay un salón grande, imaginad que existen y viven cien personas en él. Imaginad que cada uno, se salta una norma moral mínima… Entonces en ese salón, habrá cien personas que cada uno se habrá saltado una norma moral mínima. Por tanto, habrá cien normas morales que al menos cada una de las personas se ha saltado. Por lo cual, el funcionamiento de la vida y en la vida de ese salón, será de una manera diferente o será de otra…
Pero imaginad, que en ese mismo salón, cada uno se salta o no cumple, tres o cuatro o cinco normas mínimas… Por tanto, en definitiva, se saltan entre todos quinientas o cuatrocientas normas mínimas…
¿Cómo será la vida mejor, en ese salón, que cada uno solo se salta una norma mínima, aunque sea diferente, o en ese mismo salón, que cada uno se salta tres o cuatro normas mínimas…?
¿Y, no es acaso esto lo que sucede, unos nos saltamos normas mínimas de derechos humanos, o de moralidad natural –concepto que no podemos desarrollar aquí-, o de normas jurídicas legales mínimas, o de una moral mínima universal, o de una ética mínima…?
¿Qué sucede, que usted o su vecino, se salta y cae en la lujuria, el otro, en la avaricia, el de al lado en la gula, aquel otro la soberbia, etc.? ¿O, mejor dicho, que cada uno, caemos en una o en dos… cada uno será diferente… pero el conjunto que resulta…? ¡Pues es muy sencillo, lo que sucede…!
¡Que en ese gran salón, con cien personas viviendo, la vida es más difícil, muy difícil, más difícil de lo que debería ser… simple y llanamente, porque cada individuo se salta una o dos o tres normas mínimas morales universales y de sentido común, etc.! ¡Pues, por eso, todos los días, nos levantamos, con una o varias salvajadas o crueldades hechas en el mundo, y, así llevamos años y décadas de informaciones…! ¡Claro, que la culpa no es de la información, ni de los informadores, ni de los medios que informan, sino de las cien personas que habitan ese salón…!
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