27NOV24 – LA HABANA – CUBA.- En el Museo Naval de Madrid hay un retrato pintado por un habanero en 1763. El caballero retratado no es otro que Luis Vicente de Velasco e Isla, veterano oficial de la Armada nacido en Noja en 1711, Cantabria. Un retrato que pasa desapercibido para el visitante, pero quizás es porque no sabe que se tuvo que enfrentar a cerca de 30.000 ingleses al frente de la guarnición del Castillo de El Morro, con unos 700 hombres.
En una reciente visita a Cuba, con motivo de la celebración del Congreso Internacional de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo, tuvimos la oportunidad de volver a visitar la extraordinaria fortaleza y detenernos ante una placa que colocó allí el entonces alcalde de Noja, Jesús Díaz, en un acto en el que estuvo acompañado de autoridades locales y de vecinos nojeños y cántabros, entre los que nos encontrábamos nosotros. La placa dice así :”La villa española de Noja (Cantabria) a su hijo, el insigne marino Luis Vicente Velasco, héroe y defensor de El Morro, muerto gloriosamente en La Habana el 31-7-1762”. La placa fue inaugurada en 1.992.
Luis de Velasco ingresó en la Armada con 15 años, en la Escuela de guardiamarinas, teniendo su bautismo de fuego contra los piratas berberiscos y el infructuoso asedio a Gibraltar de 1727. También participó, ya como oficial, en la Conquista de Orán de 1732.
En 1742 ya estaba al mando de una fragata de 30 cañones. Entre sus hazañas se cuenta que se enfrentó a dos barcos británicos con más artillería, capturando uno y hundiendo el otro. Rescató a la tripulación enemiga y llegó a La Habana con más prisioneros que su propia tripulación ante el asombro de los habitantes. En 1746 capturó otra fragata británica con 36 cañones y 150 hombres. Por ello, en 1754, ascendido a Capitán de Navío y el rey Fernando VI le otorgó el mando del navío “La Reina”, que contaba con 70 cañones.
A primeros de 1762 su navío forma parte de la escuadra del almirante Gutiérrez de Hevia, el mismo que en 1740 había combatido junto a Blas de Lezo en la defensa de Cartagena.
Tras el ascenso al trono de Carlos III, y la firma del “Pacto de familia”, se desata la guerra entre Francia e Inglaterra que, por ese pacto, obliga a la Monarquía Hispánica a intervenir a favor de sus parientes Borbones. Comienza así la “Guerra de los Siete Años”, considerada por muchos historiadores como la auténtica Primera Guerra Mundial.
Durante aquella guerra, los británicos enviaron una expedición contra Cuba compuesta de una flota de 23 navíos de línea, 24 fragatas, burlotes, bombardas —que sumaban más de 2.000 cañones— y cerca de 150 buques de transporte y apoyo, llevando un ejército invasor de 14.000 soldados.
Varios navíos españoles se echaron a pique a la entrada del puerto para impedir la entrada de la flota inglesa. El primer objetivo inglés era tomar esa fortaleza, en el saliente norte del canal. Si cayera en sus manos, gracias a su posición sobre la ciudad, obligaría a los españoles a rendirse. Velasco era consciente de la importancia de El Morro y organizó su defensa reforzando sus muros, parapetos, fosos. Colocó la artillería en las mejores posiciones, mientras se pertrecharon de vivieres y llenaron los aljibes.
Y así la fortaleza resistió heroicamente con Velasco durmiendo solo dos horas, vestido y con su sable en la mano. El 24 de julio, 48 días después del inicio del sitio, se le ofreció a Velasco la oportunidad de capitular y entregar la fortaleza. Velasco, como buen español respondió que esa cuestión solo sería resuelta por la fuerza.
Velasco, siempre espada en mano, dirigió otra defensa, pero en la refriega recibe una bala que le alcanzó en el pecho. Los asaltantes, tras la rendición, permitieron el traslado de Velasco a La Habana, que aún aguantaba, donde cirujanos británicos intentaron salvarle la vida. Murió el 31 de julio de 1762. Se acordó una tregua de 24 horas para permitir su entierro.
Velasco fue homenajeado por españoles y británicos por su valentía. Se dice que hay un monumento en su honor en la Abadía de Westminster y en la Torre de Londres. En los Museos Reales se conserva el estandarte español de El Morro. La Royal Navy, hasta bien entrado el siglo XX, realizaban honores y disparaban salvas en su honor al pasar delante de su villa natal, Noja, en Cantabria.
Carlos III, queriendo recompensar la hazaña de la defensa de El Morro, decretó entre otras medidas, conferir al hermano de Velasco, Íñigo, el título de Marqués de Velasco y ordenó que siempre hubiera en la Real Armada un navío con el nombre del valeroso Velasco.
En Meruelo se levanta un monumento en su honor con una placa en la que puede leerse: “A la memoria de su Ilustrísimo hijo, el Gran Capitán Don Luis Vicente de Velasco, Gobernador y Comandante del fuerte y Castillo de El Morro, donde, después de airosa y Noble defensa que por espacio de cincuenta y tres días, hizo contra el ejército inglés y la formidable escuadra de trescientos (¿) navíos; murió, en fin, defendiendo espada en mano su Religión, su Rey, y su Patria, dejando lleno de admiración al mundo por su valor y conducta; y de honor y gloria toda la Monarquía Española”.