Por otro lado, existe el eterno debate entre hipotecas a tipo fijo vs variable. Cada una tiene sus pros y contras, dependerá, en gran medida, qué usuario es el más atractivo a cada una con un buen estudio financiero particular. Esa labor es la que suelen considerar los agentes hipotecarios, capaces de asesorar de forma integral de qué es lo mejor para cada cliente.
Llegados aquí surgen muchas cuestiones, ¿se puede cambiar una hipoteca de banco? ¿Tiene costes? ¿En qué puede mejorar el producto? Para despejar algunas de estas preguntas se van a analizar los pros y contras de este tipo de transacciones. Lo que sí es evidente es que, ante la duda, siempre hay que dejarse asesorar por el mejor equipo financiero e hipotecario. Como producto bancario vivo, las hipotecas también se pueden ir optimizando durante su vida útil.
Por regla general, una hipoteca comprar casa es la transacción más medidata que suelen hacer las personas cuando van a una entidad bancaria. Es por ello que, una vez firmada y conociendo las condiciones del producto los usuarios suelen olvidarse de ir matizando las condiciones cuando estas les son favorables.
Pero, ¿qué ventajas puede suponer cambiar una hipoteca de banco? Siempre y cuando sea factible, a medio y largo plazo, trasladar el producto hipotecario de la entidad puede ser muy bueno para el cliente. A continuación, se van a definir algunos de esos beneficios y en los que un asesor pueda trabajar al máximo en esa labor.
Rebajar el tipo de interés general de la hipoteca: esto supone que se pague menos cuota mensual, al ser el interés más bajo en otra entidad. Por eso, el ahorro económico del cliente es evidente y permite tener un mayor desahogo financiero.
Fija vs Variable: este dilema siempre lo tienen muchos usuarios a la hora de formalizar su hipoteca. Cuando se considera que no se ha escogido bien el modelo, un cambio de entidad da la oportunidad de hacerlo. Para ello, la asesoría hipotecaria es esencial para determinar qué escenario es el más adecuado.
Fuera productos innecesarios asociados a la hipoteca: las entidades, muchas veces, para bonificar las hipotecas hacen que los clientes firmen productos como seguros de vida, hogar… que terminan gravando con más gasto. El cambio de entidad puede eliminar esas condiciones y, por ende, mejorar el rendimiento económico de la hipoteca en sí.
Más tiempo para hacer frente al dinero prestado: es lo que se llama alargar el plazo de amortización. Por regla general, reduce el coste de las mensualidades y mejora la capacidad de hacer frente a las cuotas.
Aunque se han visto las muchas ventajas que supone trasladar una hipoteca de una entidad bancaria a otra, también hay que tener en cuenta algunas condiciones y costes asociados que han de ser resueltos por el cliente. No son contras, como tal, pero sí datos a tener en cuenta, ya que, habrá ocasiones en que no convenga. Pero siempre, bajo el criterio profesional de un buen broker hipotecario, se hallarán el escenario ventajoso.
Entre esos costes asociados está la comisión de subrogación, también existen productos sobre los que habrá que realizar un abono por cancelación y también por el proceso de tasar la nueva hipoteca que se formaliza. Aun así, estos costes, cuando se ponderan, siguen siendo rentables para asumirlos y ahorrar en la hipoteca.
Otra condición ajena a la voluntad del cliente es que la entidad bancaria tiene que aceptar la subrogación de esa hipoteca. Es decir, la entidad a la que el cliente pretende migrar es la que decide si lo hace o no. En tal caso, posicionarse en la mejor condición será la tarea de un asesor con experiencia.
En resumen, cambiar de banco una hipoteca, a día de hoy, cuando se hace pensando en cada término y ajustadamente, es la principal forma de ahorrar en cada cuota y hacer del producto una financiación más ventajosa.
(CN-04)