Estos datos son obtenidos por empresas que venden bases de datos comerciales, filtración de hackeos o brechas de seguridad, incluso a través de las redes sociales.
Una vez que tienen acceso a los datos personales, crean reclamaciones de deudas falsas y contactan con la víctima a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto, que parecen provenir de instituciones legitimas y suelen incluir enlaces a sitios web falsos que imitan a los reales, donde se solicita a las víctimas que incluyan información personal y financiera, otros mensajes suelen incluir un número de teléfono para que se les devuelva la llamada.
Incluso llegando a afirmar que la oferta de liquidación es por tiempo limitado o que se tomaran acciones legales inmediatas si no se realiza el pago y en algunos casos, pueden suplantar la identidad de una agencia de cobro de deudas legitima, utilizando logotipos reales para parecer más convincente.
Llegando hasta el acoso continuado de llamadas, mensajes y demás, con el fin de que la víctima termine pagando, incluso utilizando tácticas de intimidación y amenazas, como embargar todos sus bienes o cuentas bancarias, en esto, si se cae en la trampa, se solicita que pague la deuda falsa a través de métodos difíciles de rastrear, como transferencias bancarias, pagos con tarjetas de regalo o criptomonedas.
Con el fin de protegerse de este tipo de fraude, es importante siempre verificar la autenticidad, ser muy cauteloso con la información que se comparte y sobre todo informar a las autoridades que corresponda y a las agencias de protección al consumidor.
Este tipo de extorsión es un delito grave y puede tener consecuencias legales severas para quien lo realiza, puesto que siempre se aconseja, de estar sufriendo este acoso, personarse en la policía y poner una denuncia con todos los datos recopilados que han sido objeto de dicha estafa, la policía está muy atenta a todos estos delitos, que últimamente siguen creciendo como las malas hiervas, algo denigrante porque siempre van hacia las personas, que ellos consideran más desprotegidas e inocentes.
Estas prácticas ilegales deberían de ser castigadas con condenas más graves, con el fin de acabar con estas extorsiones, porque una cosa es un bulo o la maquina del fango, como tanto se oye últimamente y otra es que se esté engañando vilmente a personas totalmente inocentes, por este tipo de personajes sin escrúpulos ningunos, esto si es lo que se debería de cortar de raíz, de forma tajante.