28AGO24 – MADRID.- La versión en castellano de Wolfszeit, Tiempo de lobos, es probablemente el libro más interesante de este año 2024 publicado en España. Algunos críticos británicos, como el de The Spectator lo han calificado de obra maestra.
El titulo, bien escogido, hace referencia a la expresión latina homo homini lupus: el hombre es un lobo para el hombre, que entró en el lenguaje político, gracias a Hobbes, en el siglo de la razón.
Jähner es el primero que se atreve con ese decenio oculto de la historia de Alemania en el que se sentaron las bases de la actual y exitosa República Federal a costa de olvidos y licencias morales.
En 1945 al término de la, para ellos, desastrosa guerra, había en Alemania unos 75 millones de habitantes. La mitad estaban desplazados de sus domicilios habituales: refugiados expulsados de los territorios del Este que habían sido devueltos a países como Polonia o Checoslovaquia, victimas de los bombardeos evacuados, trabajadores forzosos o prisioneros de guerra liberados que regresan a sus casas.
Jähner, director hasta el año 2015 de las páginas culturales del Berliner Zeitung, nos cuenta como ese caótico conglomerado consigue reagruparse y transformarse en una sociedad. Lo narración utiliza historias individuales de personajes representativos de diversos fragmentos de aquel esbozo de sociedad en la que se había derrumbado el orden estatal, que había asegurado la cohesión social. La agotada población quería olvidar u ocultar lo que había hecho en el decenio anterior .
Son historias de hombres, mujeres y niños a los que solo les importa la supervivencia, de la lucha por conseguir comida, robando o practicando el trueque. Pero también de la nueva vida cotidiana en la que muchas mujeres se lanzan a la aventura sexual empoderadas por la ausencia de los hombres en la guerra. Una gran parte de ellas quedaron decepcionadas al regreso de sus maridos y optaron por aceptar o incluso, buscar al vencedor, especialmente al americano. Los millones de violaciones las hicieron más fuertes y cínicas, pero al tiempo la proximidad de la muerte aumentó el placer de la vida.
El sufrimiento colectivo, especialmente en los dos inviernos del hambre: -1946-1947- hace que los alemanes se sientan víctimas de su propia derrota y olviden que ellos habían sido los verdugos. El holocausto se ocultaba. Se negaban a reconocer el asesinato de millones de judíos. El sentimiento de culpa aparece después de la época que cubre este libro y alcanza su apogeo en 1968 con una nueva generación y tras la creación del estado de Israel. Los crímenes habían sido de tal calibre que la conciencia colectiva los borraba de su memoria en el mismo instante en que se cometían; el instinto de supervivencia fue más fuerte que el sentido de culpabilidad, lo que facilitó la rápida creación de una nueva administración en la que se integró la mayor parte de la élite nazi, así como la amnistía tras los juicios y condenas a unas docenas de dirigentes a los que era imposible indultar.
También hay espacio para el nacimiento del Deutsche Mark, que ayuda a terminar con el trueque y, el Plan Marshall, el comienzo de la guerra fría, la creciente separación interna de Alemania y asuntos aparentemente tan banales como las polémicas sobre el arte abstracto.
El minucioso recuento se centra en personajes cada uno de los cuales representan una parte de aquella Alemania. El lenguaje directo reconoce el valor de la brevedad periodística y la eficacia en la transmisión del mensaje. Los capítulos simples y cortos, en los que se insertan interesantes fotos te invitan a seguir la lectura apasionadamente .
Este es el primer libro que publica Harald Jähner que inmediatamente se ha convertido en una autoridad intelectual sobre la época y en la referencia para los demás estudios posteriores.