Es importante no sólo cómo son las hemorroides trombosadas sino además por qué debes tener cuidado con ellas y tratarlas cuanto antes para evitar que sigan avanzando y causando daño a su paso. Para ello, lo primero es centrarnos en las causas de la trombosis hemorroidal que pueden incluir la propia presión de las venas. Esto pasa sobre todo durante la defecación, cuando se suelen formar los coágulos en las venas hemorroidales. Sin embargo, existen otras explicaciones del fenómeno que hacen a su definición básica.
La constipación crónica puede provocar un mayor esfuerzo al evacuar, facilitando la producción de coágulos en dichas venas
Si te pasas 20 o 30 minutos sentado presionando las venas del ano, por ejemplo al prestar atención al móvil, aumentarás notablemente la probabilidad de padecer trombosis. Lo mejor que puedes hacer es estar en el baño el tiempo adecuado.
El embarazo es una causa de las hemorroides que tiende a pasar desapercibida, pero que se asocia directamente a la trombosis.
Los síntomas de estas molestias son variados, ya que pueden incluir una protuberancia dolorosa y sensible alrededor del ano.
Evidentemente, el dolor agudo es la manifestación inequívoca de las hemorroides trombosadas, el síntoma más recurrente de éstas.
No es extraño percibir la formación de una protuberancia dura y sensible alrededor del ano, que es el coágulo de sangre en vena.
La zona alrededor del ano se enrojece y se hincha, lo que puede deberse a la irritación de la zona por su uso constante.
Algunos pacientes tienen síntomas más notables aún e incómodos, como el sangrado repentino.
La fiebre como consecuencia de las infecciones secundarias tampoco es un evento que pueda descartarse.
El coágulo de sangre es un caldo de cultivo para las bacterias, lo que puede derivar en infecciones que ataquen otros tejidos.
El coágulo de sangre puede obstruir el flujo sanguíneo alrededor de la zona, al punto de "matar" algunos de esos tejidos.
Una fístula es un conducto anormal entre el ano y la piel circundante, que aparece debido a infecciones y necrosis.
Debido al coágulo, la zona sangra abundantemente y sin detenerse en alguno de los pacientes.
Si la trombosis no se trata a tiempo, el dolor poco a poco se irá convirtiendo en crónico y afectará la calidad de vida inevitablemente.
Las hemorroides trombosadas pueden desaparecer en un plazo que va de unos pocos días a varias semanas. Se aconseja hacer compresas de hielo y acompañarlas con medicamentos, baños de asiento y cambios en el estilo de vida. En los casos graves, normalmente los profesionales sugieren una intervención quirúrgica que ayude a que la zona vuelva a su estado natural.
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