"Aprendamos a ganar"
Ya con la tranquilidad que da el paso de las horas, quiero compartir una reflexión.
¿Por qué cada vez estamos más distantes como seres humanos?
Hoy lo que pudo ser una fiesta se transformó en ponzoñosos diálogos en las redes cibernéticas entre unos y otros… entre un bando y otro… entre un hermano y otro…
Ya no basta la broma festiva, la talla al pasar, ahora hay que vapulear, denostar, humillar, agredir, odiar al rival deportivo.
Ya no se piensa en quién está en la vereda del frente (seguramente porque ellos tampoco lo harían). Sólo importa mi “yo” y no tú “yo”.
Hoy un grupo se retiró victorioso a su casa, pero otro grupo no lo pasó bien. Nadie se detiene a pensar en esos hombres Wanderinos, que fecha a fecha fueron urdiendo una ilusión, entre sueños y los humeantes palos quemados del desastroso incendio que consumió a parte de su pueblo.
¿Quién pensó en esos pequeños hinchas colocolinos que vieron desvanecerse una ilusión que fue adquiriendo fuerza en las últimas fechas cuando apareció en el camino la posibilidad de quedarse con el campeonato? Muchos jóvenes postergados, que dependían sólo del fútbol para sonreír antes de finalizar este año. Hoy lo soñaban.
No se piensa en eso. No se piensa en el derrotado.
Nuestro país en oscuras etapas de su Historia tampoco ha pensado en los derrotados y hasta el día de hoy nos resuena aquello.
¿Será la condición humana la que nos lleva a eso? ¿No podremos ser felices sin pisarle los dedos al vecino? ¿Necesitamos del sufrimiento de los otros para hacer plena nuestra felicidad?
Estoy contento por el triunfo, porque hoy a mi equipo le tocó ganar. Pero no estoy contento por la sociedad que se está construyendo en mi país, en donde se está rindiendo culto a la ley del menoscabo, (es sólo cosa de ver los ralities). Pareciera imperar la política de: “cáete no más, que yo te repaso”…
Espero el día que nos unamos más que por el número: 24.500-03.