MEO el disidente diputado socialista que tiene en us manos –aparentemente-, la llave para decidir quien ganará la segunda vuelta presidencial chilena.
Miércoles 22 de octubre de 2014
El disidente diputado izquierdista que obtuvo un 20% de la votación en las elecciones presidenciales el domingo pasado, se ha convertido en un factor decisivo en el resultado del próximo balotaje al ejercer una fuerte presión sobre el oficialismo al demandar la renuncia de los jefes partidarios de la coalición de gobierno.
Marco Enríquez-Ominami, quien renunció al Partido Socialista (PS) porque le cerraron las puertas de las elecciones primarias oficialistas, afirma que el opositor Sebastián Piñera y el oficialista Eduardo Frei --que se enfrentarán en una segunda ronda por la presidencia el 17 de enero-- "se parecen demasiado" por lo que dejó en libertad de acción a sus seguidores. Sin embargo, opinó que de ser electo el magnate derechista Piñera "sería un retroceso histórico".
También criticó ácidamente al oficialismo, acusó a sus líderes de secuestrar la política y de anteponer sus intereses a los del país, de impedir la renovación dirigencial, y llamó a los presidentes de partido a renunciar, "para destrabar este veto".
Piñera triunfó el domingo con un 44%, frente al 29,6% de Frei, un ex mandatario demócrata cristiano. Por primera vez en las cinco elecciones desde el retorno de la democracia, hace 20 años, un abanderado del gobierno baja del 46% de la votación en primera vuelta.
Pero tanto Piñera como Frei necesitan de los votos de los seguidores de Enríquez-Ominami, que obtuvo un inédito 20%, considerando que sólo es diputado desde el 2006 y que lanzó su campaña independiente en junio.
Sin indicar si favorecerá a alguno de los candidatos, Enríquez-Ominami, de 36 años, exige un nuevo estilo de hacer política, renovación cupular oficialista, más participación ciudadana, reformas tributarias, entre otras medidas.
La Concertación oficialista con 20 años en el poder y con casi un nulo recambio cupular, la integran el centrista Partido Demócrata Cristiano (PDC), el PS, los liberales del Partido Por la Democracia (PPD), y la pequeña colectividad de Radicales Social Demócratas.
Sin mencionarlo directamente, Enríquez Ominami está pidiendo la renuncia del senador Camilo Escalona, presidente del PS. Escalona, durante la campaña presidencial para la primera vuelta, se refirió peyorativamente a Enríquez-Ominami como "Marquito".
Escalona, un político duro, amigo de la presidenta Michelle Bachelet, rechazó de inmediato la exigencia.
Juan Carlos Latorre, del PDC, ha dicho que un comando presidencial (de Frei) dirigió la campaña y que "no podemos asumir una responsabilidad sobre algo que en estricto rigor no estuvimos...".
El líder del PPD, Pepe Auth, fue autocrítico y ofreció su cargo si con ello Enríquez-Ominami apoya a Frei. Lo mismo hicieron otros dos altos dirigentes socialistas. Y 14 parlamentarios gobiernistas publicaron una crítica carta y llamaron a los seguidores del diputado a dar su voto a Frei.
A Piñera, cuya fortuna supera los 1.000 millones de dólares, según Forbes 2009, le basta un 6% y algunas décimas más para convertirse en el primer presidente derechista en medio siglo, apoyado por dos partidos que fueron el sustento civil de la pasada dictadura de Augusto Pinochet.
Aunque matemáticamente Frei no está perdido, su tarea es difícil. Se estima que ya cuenta con el 6,21% de los comunistas, que volverán al congreso después de casi 40 años apoyados por el gobierno, pero necesitan al menos el 75% del millón cuatrocientos mil sufragios que obtuvo Enríquez-Ominami.