Durante la infancia y primera juventud la persona necesita de una compañía, la madre, una sirvienta, un hermano, quien sea. A partir de esa edad entra en la madurez y en la plenitud física y mental; piensa entonces que puede vivir sola; viajar, moverse por el mundo, hacer todo lo que sea absolutamente sola, pero cuando llega a la vejez o a la pre vejez, la cosa cambia por completo, necesita mucha compañía. Eso que dicen por ahí de que los viejos no necesitan nada y que apenas gastan poco - sopitas y buen vino -, se equivocan. Los viejos requieren un gasto mucho mayor que los jóvenes y los maduros; necesitan, médicos, medicinas, cuidados, entretenimientos, taxis, ambulancias, y no digamos asistencia espiritual, incluidos hasta sacerdotes que vengan a sus casas.
La edad crítica a mi modo de ver son los cuarenta años. Hasta los cuarenta puedes hacer y vivir solo o sola, hacer lo que te venga en gana, pero a partir de los cuarenta debes ir pensando en formar pareja. Esa es la edad critica, quizá por eso desde hace mucho tiempo se habla de “la crisis de los cuarenta”.
Estas son unas reflexiones que pueden parecer convencionales o innecesarias, pero deseo sean unos consejos muy valiosos para los lectores y lectoras de este prestigiosos diario.