Con su variedad de sabores y sus ingredientes autóctonos, la cocina no solo satisface el paladar, sino que también cuenta una historia de adaptaciones y conquistas a lo largo de los siglos.
“En esta cocina, los productos frescos del mar, las papas y los quesos locales se destacan como elementos fundamentales que reflejan la riqueza y diversidad de estas islas”, señalan en Restaurante La Viña.
Uno de los más representativos es el gofio, un polvo de grano tostado que se utiliza en muchas preparaciones, desde sopas hasta postres. Es considerado un símbolo de la identidad, ya que ha sido parte de la dieta de los habitantes desde tiempos prehispánicos. Las papas arrugadas, acompañadas de una salsa mojo roja o verde, son otro imprescindible, especialmente en los almuerzos familiares o festivos. Estas papas, cocidas con piel en agua salada, tienen una textura inconfundible y se sirven como acompañamiento o plato principal en algunas ocasiones.
En cuanto a los guisos, el sancocho es uno de los más sabrosos, un guiso de pescado salado acompañado de papas, batatas y gofio. Esta preparación es común en las celebraciones y también es típica de las épocas de Semana Santa. Además, el conejo al salmorejo, marinado en vino y especias, es otro clásico que se disfruta en muchas casas. El conejo es una carne magra que se adapta perfectamente a los sabores intensos de la cocina isleña.
Si se busca disfrutar de la verdadera esencia, un restaurante tradicional canario en Tenerife es el lugar perfecto. En las islas, muchos restaurantes preservan las recetas tradicionales, utilizando ingredientes frescos de la tierra y el mar. Estos establecimientos brindan una experiencia auténtica, donde se puede disfrutar de platos como el caldo de pescado, que resalta los sabores del mar en su máxima expresión. Los chefs, muchos de ellos de familias que han heredado sus recetas, preparan estas comidas con técnicas ancestrales, ofreciendo a los visitantes una oportunidad de sumergirse en la historia culinaria.
No se puede olvidar el queso majorero, originario de la isla de Fuerteventura. Este queso de cabra, con su sabor peculiar y su textura cremosa, es un componente esencial en las tapas locales. A menudo se sirve con mermeladas, miel de palma o en platos combinados. Otro queso tradicional que se destaca es el queso de cabra, especialmente el curado, que acompaña perfectamente a los vinos de la región, como el vino de Malvasía, conocido por su sabor afrutado y delicado.
Los postres también ocupan un lugar importante. El bienmesabe, una mezcla dulce de almendras, miel y huevo, es uno de los postres más emblemáticos de la región. El frangollo, un postre a base de maíz y leche, es otro ejemplo de la deliciosa tradición dulce.
Cada preparación refleja la influencia de las tradiciones de sus habitantes y la conexión profunda con la tierra y el mar. Al probar los sabores autóctonos, se descubre no sólo la diversidad de sus ingredientes, sino también la esencia misma de las islas.
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