De sus tanques se vertieron más de 60.000 toneladas de fuel, que afectaron gravemente a la Costa da Morte. Este desastre ambiental provocó una gran movilización social bajo el lema Nunca Máis, en rechazo a la gestión de la crisis y en defensa del medio ambiente. Con el tiempo, las playas, los fondos marinos y la vida costera en general se han ido recuperando. Hoy, la Costa da Morte es un destino único y lleno de historia, que merece ser visitado.
Hay que tener valor para convertir un nombre, que se empezó a usar a comienzos del siglo XX con connotaciones negativas en la marca de un destino turístico, pero la apuesta ha resultado un éxito.
Una de sus principales atracciones es la Ruta de los Faros, un recorrido de unos 200 kilómetros que sigue la costa y permite conocer sus puntos más emblemáticos. Este camino conecta una serie de faros históricos que guían a los navegantes a lo largo de estas peligrosas aguas. Entre los más destacados se encuentra el faro de Fisterra, el de Cabo Vilán en Camariñas, lugar famoso por los encajes realizados por las palilleiras y el Faro Roncudo con el Petón do Millo o roca del maíz que recibió su nombre por el grano que descargaron los locales de un barco que encalló y del que se alimentaron durante meses.
La ermita de Nuestra Señora de la Barca, en Muxía, es un punto de referencia. Esta pequeña iglesia, construida en el siglo XII, se sitúa en un lugar expuesto y rodeado de rocas. Cada año recibe a miles de peregrinos y visitantes. La leyenda cuenta que la Virgen llegó a Muxía en una barca de piedra. las rocas que la rodean son consideradas sagradas.
La ruta dos dolmens, circular y llena de misterios en el municipio de Vimianzo nos permite visitar 9 monumentos megalíticos de 4000 años de antigüedad, algo realmente único.
La península de Fisterra es el final simbólico del Camino de Santiago para muchos peregrinos que, tras llegar a la tumba del apóstol, deciden continuar hasta el fin del mundo, como se conocía en la antigüedad a este lugar. Allí los viajeros suelen realizar un ritual: quemar alguna prenda o dejar algún objeto en señal de cierre de su peregrinación.
La Costa da Morte es conocida por su oferta gastronómica, basada en pescados y mariscos frescos entre los que hay destacar los afamados percebes o las navajas locales llamadas longueirónes .
Un restaurante celebrado en toda Galicia es Tira do Cordel en Fisterra creado por José Castiñeira , un personaje local digno de una novela que, en sus vidas anteriores fue carpintero y marinero. En mi opinión es igual de interesante, aunque más humilde O´Trebón, gestionado por el hijo de José, situado sobre la playa como un chiringuito. Ambos ofrecen los productos locales cocinados de la manera más simple posible. Destaca la lubina salvaje a la parrilla, que solo puede ser calificad cuya calidad ha mejorado notablemente en los últimos años.
Las opciones de alojamiento van desde hoteles rurales hasta establecimientos de lujo. Destaca el Parador de Costa da Morte en Muxía, inaugurado hace un par de años como parte del proyecto de recuperación de la zona tras el desastre del Prestige. Situado en un enclave privilegiado, ofrece vistas sobre la playa de Lourido y el Cabo Vilán. Su éxito fue inmediato como lo demuestran sus altos niveles de ocupación. Cuenta con una buena colección de arte con impresionantes fotografías antiguas de personajes locales y del hundimiento del Prestige que nos obligan a mantener vivo el recuerdo de la tragedia, mientras que el parador nos recuerda que es posible superar todo tipo de dificultades con unidad y voluntad .
Es muy interesante el hotel Bela Fisterra, que destaca por su ubicación sobre el océano Atlántico , en el que su activo propietario Pepe Formoso organiza numerosas actividades culturales .
No hay que esperar al verano para acercarse al final de la tierra. Él tiempo es mejor de lo que muchos creen y poder disfrutar del paisaje y de la gastronomía en un ambiente relajado sin exceso de turistas es un lujo cada vez más difícil de comprar
Visitar la Costa da Morte es una experiencia que permite descubrir una parte de Galicia cargada de historia y simbolismo. Esta costa, que en otros tiempos fue temida por los navegantes, hoy acoge a quienes buscan conocer sus paisajes, su cultura y su gastronomía.