Oda Por Palestina
Oda por Palestina de las lejanías
la de la bruma que dejan las toneladas de fósforo blanco
la de los lamentos que lanzan los electrocardiógrafos por falta de energía
mientras se escurre la vida líquida de los heridos
la de la sangre martirial vertida
como una oblación sin sentido
la de nuestra indiferencia
hacia ese lamento del dolor del mundo
que molesta como la calima que embarra nuestros coches.
Oda por la Palestina inmolada asolada
la de la flor del alcanfor fragante que cantaron los poetas
la que padece la ley de la violencia del eterno retorno
como una hiedra venenosa
que la ahoga
que no la deja crecer.
La débil palestina resistente
como un frágil junco abatido
como un olivo paciente
como una palmera de dátiles dulcísimos
como un ciprés donde los niños se cobijen
del sol inclemente y cegador
jugando a ser niños a pesar de los señores de la guerra
Oda por los niños desplazados que tanto saben del horror tan pronto
por las niñas avasalladas que tiemblan como flores al relente
por las viudas desamparadas que reviven sus peores pesadillas
(porque no es la primera vez que resisten tanta vesania)
por esas caravanas de hormigas que son bombardeadas desde las alturas
por las familias rotas, por las huertas devastadas, por los barrios escombrados
por los libros quemados, por la comida ausente
por el hambre implacable, por la sed pegajosa
por tanto sacrificio interminable inútil
por el frío inclemente, por el espanto trágico
por las canciones de boda que no se cantarán
hasta que florezca el azahar de nuevo
cuando se vayan las botas que pisan con estrépito
y el pan vuelva a cocerse al despuntar el día.
Oda por los silencios cómplices,
por nuestra miserable
insaciable perversa lucrativa
complicidad con los exterminadores
Por la banalización del mal
que trasmuta el horror en un bello cuento
y nos hace soportarnos impasibles y ausentes
ajenos al terror que constituimos.
Oda por los brindis, por las componendas
por la diplomacia del cálculo y de la miseria,
por la censura, por las comilonas de los próceres
aparentando preocupación y compromiso.
También os celebro en esta oda
porque sé que algún día no tan lejano
seréis parte de la historia de la infamia
y sobre vuestros despojos reirán todas las víctimas
para alumbrar un nuevo mundo de cuidados
desterrado el orden de dominación vigente
Oda por la factura de dolor no saldada,
por la factura de oprobio sin cancelar
por la factura de opresión sufrida
por la cuenta interminable y pendiente
de asesinatos, expolios, exterminios,
como un sedimento de pez ponzoñosa
porque ya llega el día en que los vencidos de la historia
regresen de sus tumbas
reclamando el debido pago
para decir la última palabra.
Por la razón de los vencidos oda.
Por la paz. Por el amor. Por la vida.
Por la memoria redentora oda.
Oda porque no venceréis eternamente.
Que no haya olvido, que el recuerdo exija
un Yom Hashoá universal, un Naqba a Palestina
como una lluvia fina que empape la tierra
de justicia de reparación de reconciliación,
como una sementera que prepare
el cambio radical del rumbo de la historia
el destierro del orden rector de la violencia.
Oda por la Palestina profética
como una nueva novia festejada,
para que un día rían los perdedores de la historia
con lágrimas de contento de emoción de gozo
debajo del manzano desposada
y así unan las manos los esposos
y sea la novia reparada
donde su madre fuera violada.