Desde el filme que protagonizó la actriz británica Helen Miren acerca de la monarca, que además de valerla un Oscar le valió una visita protocolaria y emotiva a su Majestad la que representó magistralmente en el filme, hay que añadir los actos innumerables de su Majestad y el contacto cercano que tuvo la monarca durante sus siete decenios de mandato.
Su Majestad Isabel II de Inglaterra, en sus apariciones públicas, eclipsó emocional y magistralmente a las figuras de los Jefes del Estado más poderosos del mundo entero. Fue no solo en los países que comandaba la Commonwealth, sino en sus apariciones y visitas en Paris, en Roma, en Berlín o en Washington y en Madrid; donde fuera que fuese, con sus alegres vestidos de colores y sus tocados a modo de pamelas y sombreros, su figura representaba el poder y el prestigio de la Corona Británica.
Ahora, en el momento de su fallecimiento rendimos todos los honores, el respeto y la admiración a la mujer que durante más de setenta años representó la hidalguía, la belleza, la fuerza y la grandeza de la monarquía parlamentaria más admirada y querida de la tierra.
¡! Dios salve a la Reina!!. ¡! Dios salve a su Majestad Isabel II de Inglaterra, y su hijo primogénito el Rey Carlos II de Escocia, de Gales y del Reino Unido ¡!.