"La crisis económica no existe. Han visto los últimos datos, muy positivos", dijo Temer a periodistas frente a su hotel, reseñó Efe.
Esos datos "muestran que estamos creciendo, estamos creciendo en la industria, estamos creciendo en el agronegocio", agregó, antes de acudir a una reunión de mandatarios del grupo BRICS de potencias emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
"El mensaje que Brasil trae a Hamburgo es el la responsabilidad y la apertura. Responsabilidad en busca de un camino seguro para el crecimiento sostenible (...). Apertura al mundo, al pluralismo de ideas y a las antiguas asociaciones económicas", dijo Temer
Temer, acosado por la crisis política que amenaza su mandato, había cancelado inicialmente su participación en el G20, pero a último momento decidió viajar.
Brasil emerge de la peor recesión de su historia, con una contracción del PIB de 3,8% en 2015 y de 3,6% en 2016. El primer trimestre de este año registró un crecimiento de 1% respecto al periodo anterior, sustentado principalmente en la agricultura.
La producción industrial creció además un 0,8% en mayo respecto a abril y el desempleo mostró en los últimos dos meses un reflujo desde sus niveles récord, afectando actualmente a 13,8 millones de personas (13,3%).
Pero la confianza de los inversores trastabilló en los últimos meses, debido a la crisis que se desató con la difusión a mediados de mayo de una grabación en la que Temer parecía dar su aval al pago de un soborno. La investigación llevó a la Fiscalía general a acusar a Temer de "corrupción opasiva".
"El mensaje que Brasil trae a Hamburgo es el la responsabilidad y la apertura. Responsabilidad en busca de un camino seguro para el crecimiento sostenible (...). Apertura al mundo, al pluralismo de ideas y a las antiguas asociaciones económicas", dijo Temer en el encuentro de los BRICS.