Greenpeace está en contra del Tratado Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), al considerar que dará demasiado poder a los grandes negocios a costa de los consumidores y gobiernos.
Los partidarios del tratado dicen que aportaría más de 100.000 millones de dólares en ganancias económicas a ambos lados del Atlántico.
Los activistas comenzaron su protesta por la mañana, escalando una de las dos torres Kio y desplegando una enorme pancarta que decía "No al TTIP" en una de las fachadas.
Los participantes descendieron del edificio de forma voluntaria tras pasar unas nueve horas encaramados al edificio.