En medio de fuertes medidas de seguridad y con miles de mexicanos reunidos en el Zócalo capitalino y sus alrededores, el presidente Felipe Calderón encabezó por la noche la ceremonia del tradicional ``grito'', con el que recordó el llamado a la población del cura Miguel Hidalgo en 1810, que marcó el inicio formal de la lucha de México para independizarse de España.
“¡Viva la Independencia nacional!,¡Viva el bicentenario de la Independencia!,¡Viva México!, ¡Viva México!,¡Viva México!'', gritó Calderón desde el Palacio Nacional y se dio paso a un magno espectáculo de fuegos artificiales que se sucedieron desde el Zócalo hasta el monumento del Angel de la Independencia, a más de dos kilómetros de distancia.
La Secretaría de Gobernación informó en los primeros minutos del jueves que los festejos, tanto en la capital como en el resto del país, se realizaron ``en paz'', lo que para la autoridad muestra ``que la unidad y la convivencia armónica son piezas fundamentales para hacer de México el país por el cual sentimos respeto y orgullo''.
Las celebraciones se dieron en un contexto de violencia del narcotráfico en algunas zonas del país y con el antecedente de que en el 2008 un festejo de la independencia en la ciudad occidental de Morelia, capital de Michoacán, se vio ensombrecido por un ataque de granadas a la población que dejó ocho muertos y 106 heridos.
En el balneario turístico de Cancún, seis presuntos miembros de una célula del narcotráfico fueron detenidos el miércoles con tres granadas y siete armas largas, aunque las autoridades aún investigan si planeaban algún ataque durante las celebraciones.
Sin embargo, la Gobernación afirmó que ``hasta este momento el Gobierno Federal reporta saldo blanco en la jornada de este 15 de septiembre, donde no se registró mayor importancia de incidentes en las entidades del país''.
Momentos antes de que Calderón apareciera en el balcón del Palacio Nacional, a un costado del Zócalo, una voz sonó por las bocinas: ``Demostrémosle al mundo que México es fuerte y está de pie''.
Sara Barrera, un ama de casa de 36 años, se congratuló de poder celebrar y olvidar por un momento una de las principales preocupaciones del país: la violencia del narcotráfico.
“El gobierno ha hecho un buen trabajo contra el narcotráfico... falta aún más, sin embargo es bueno tener estos momentos de celebración'', dijo la mujer, acompañada de su esposo y su hija.
Los actos comenzaron en la explanada del Zócalo capitalino con el ritual del llamado ``Fuego Nuevo'', una ceremonia prehispánica que representa el inicio de un nuevo ciclo.
Poco después, cerca del monumento del Angel de la Independencia, un grupo de mariachis hizo sonar las trompetas y comenzó el desfile de 27 carros alegóricos con miles de voluntarios que recordaron algunas etapas de la historia del país.