El respeto que siempre reconoció tener Pablo Iglesias al líder de Ciudadanos, “no se defiende mal”, decía en sus tiempos al frente de La Tuerka, parece estar mutando en miedo durante las últimas semanas. El argumentario interno invita a no responder las alusiones que Ciudadanos haga a Podemos en los medios de comunicación, a desoír el emplazamiento a celebrar debates entre ambas formaciones (como ya se hizo a nivel municipal) e, incluso, a realizar rodeos dialécticos para no pronunciar el nombre de la formación.
“Tenemos muy claro quiénes son nuestros adversarios y no son esas nuevas fuerzas políticas a las que te refieres”, respondía Pablo Iglesias en una entrevista que le realizó Javier Gallego el pasado jueves. Repreguntado por el periodista, volvía a mantenerse fiel al guion prefijado: “Es bueno que haya nuevas opciones. Pero te insisto, a quien nosotros le vamos a ganar es al PP; que haya otros actores que participen nos parece saludable”.
La secretaria de Coordinación entre Áreas, Irene Montero, también esquivaba ayer la pregunta sobre la formación de Albert Rivera sin nombrarla: “Nos contenta que existan diferentes opciones políticas, pero nuestro enemigo son aquellos que siguen defendiendo las políticas de austeridad”. Podemos, que desde su nacimiento siempre se había mantenido a gusto en la ofensiva política, ha pasado a la defensiva.
Evitar el enfrentamiento
De puertas hacia dentro, la lectura sobre Ciudadanos es bien diferente. Desde Podemos interpretan que esta nueva fuerza es una “opción light” que los medios estarían promocionando para contrarrestar su ascenso, según un documento interno al que tuvo acceso el periódico Diagonal. Eso sí, sin su contenido “antioligárquico”. De ahí el recelo que tiene Podemos para entrar a valorar la irrupción de Podemos y, menos aún, de contestar públicamente las alusiones directas de Albert Rivera.
Pablo Iglesias no está dispuesto a arriesgar ni un centímetro de la fuerza social que ha logrado ganar ni “despistar” al electorado batiéndose contra Ciudadanos. La consigna es clara, rehuir de un enfrentamiento directo y no contribuir a la propaganda que, aseguran, le están brindando los medios en su contra. Retrasar lo inevitable.
El secretario general de Podemos no es de los que tropiezan dos veces en la misma piedra, y le bastó la lección aprendida en la primera entrevista que le realizó a Rivera (a partir del min. 41 de vídeo), en noviembre de 2012, coincidiendo con las elecciones catalanas. Pablo Iglesias comenzó preguntándole, con una sonrisa sarcástica dibujada en su cara, si era de derechas o de izquierdas, pero acabó la entrevista con el ceño fruncido. Algunas de las respuestas del diputado catalán incluso las tomó prestadas: “Somos un partido nuevo que no va a regirse por criterios (ideológicos) de hace dos siglos”.
FUENTE: ELCONFIDENCIAL.COM - Iván Gil 10.03.2015